"El orgullo de ser chileno tiene que ver con ese afecto, con ese vínculo emocional que tienen las personas con la nación", explica Ricardo González, de la UAI.
El Mercurio
SANTIAGO.- "¿Qué tan orgullosos estás de ser chileno?". En 2012 el 93% de la población declaraba tener ese sentimiento –en un sondeo del Institute for Social Research de la Universidad de Michigan–; en 2018 la cifra bajó al 79%. Y ahora, un reciente estudio realizado por la Universidad Adolfo Ibáñez arroja que el 72% siente orgullo de ser chileno.
Esto muestra una significativa caída en los últimos años, que se empieza a observar incluso desde antes del estallido social y la pandemia.
Ricardo González, director del Laboratorio de Encuestas y Análisis Social de la UAI –que realizó el estudio– comenta que la cifra actual de Chile "es comparable a lo que se observa en países como Japón o Alemania, que tradicionalmente cuentan con niveles relativamente bajos en esta materia", lo que se asocia a "su pasado nacionalista y la Segunda Guerra Mundial".
Sin embargo, explica que en dichos países "esos niveles se han mantenido así desde la post guerra". "En cambio, en Chile, era muchísimo más alto y ha ido cayendo", apunta. Comenta que "estas cosas son relativamente estables, en general cambian muy poco" y que "por eso es tan sorprendente que esto haya caído" en Chile más de 20 puntos en tan corto tiempo.
"Es una cosa bien inusual (...) Sabíamos que las aprobaciones presidenciales hoy día son muchísimo más bajas que 20 años atrás, que la confianza en las instituciones viene cayendo hace diez años; pero la caída del orgullo de ser chileno, de identificarse con ser chileno, ha caído en el pasado reciente", señala, en entrevista con radio Universo.
¿Qué significa el "orgullo de ser chileno" y por qué se ha ido perdiendo?
González explica que "el orgullo de ser chileno tiene que ver con ese afecto, con ese vínculo emocional que tienen las personas con la nación, con la idea de la comunidad política", que va más allá de la aprobación de las autoridades o las instituciones. "Apela a una dimensión un poco más difusa, de vivir en este territorio, de qué es lo que nos une y si nos sentimos orgullosos de ser parte de eso o no (...) tiene que ver con un sentimiento, con un cierto afecto que los chilenos hemos ido perdiendo", señala.
En cuanto a las razones de este cambio, afirma que "esto va mucho más allá" del estallido social y la pandemia. "Tiene que ver con la incomodidad que pueden sentir ciertas personas con la sociedad que se está generando (...) Los datos muestran que esta caída al orgullo de ser chileno antecedente a la pandemia y al estallido social; entonces es algo más profundo y quizás el estallido pudo ser más bien una reacción a este indicador, a esta incomodidad de una parte importante de la población respecto de la comunidad que se está generando", señala.
Otro factor que menciona "tiene que ver con la multiculturalidad". "Hoy día hay un reconocimiento mucho más activo de los pueblos originarios, han aumentado las identificaciones con los pueblos originarios respecto de lo que era 20 años atrás. Entonces, hoy día se percibe también un importante porcentaje de la población que se identifica con otros pueblos y no siente una cabida adecuada en el país, en la comunidad política", explica.
Ante esto, plantea que la Convención Constitucional puede ser una oportunidad de "poder generar una sociedad en la que todos de nuevo nos volvamos a sentir orgullosos". "Esta situación en que estamos hoy día, el debate constitucional sobre si deberíamos caminar o no a un Estado plurinacional, nos va hacer bien, en la media que obviamente logremos ese diálogo y que logremos que nos sintamos más cómodos siendo parte de este país, en una concepción de chilenidad quizás un poco distinta, ya más inclusiva y pluricultural", concluye.
