SANTIAGO.- Cada mes 1.800 millones de mujeres menstrúan en el mundo. En Chile, se estima que es cerca del 30% de la población. Se trata de un proceso biológico, no una elección, que dura unos 40 años de la vida y que implica, además de molestias, costos económicos mensuales que se aplican solo a las mujeres.
En el contexto de la pandemia, un 44% de las mujeres declara haber tenido dificultades económicas o de disponibilidad para poder acceder a productos de gestión menstrual (como toallas desechables). Además, una cifra similar dice no utilizar tratamientos para los dolores menstruales, también por factores económicos y de disponibilidad.
Dichas dificultades tienen relación directa con el nivel de ingresos de las mujeres. Éstas, a su vez, son afectadas por una brecha salarial que, en Chile, hace que en promedio reciban un 28% menos de ingresos que los hombres. A eso se suma que los productos de gestión menstrual tienen cargo de IVA.
Ante este panorama, el diputado Diego Schalper (RN) presentó un proyecto para garantizar el acceso gratuito a los insumos que se requieren durante la menstruación.
La iniciativa legal modifica la Constitución, incorporando en el artículo 19 n°9 un nuevo inciso final que señala: "Es deber del Estado asegurar la salud y la higiene menstrual, garantizando el acceso gratuito de las mujeres a los insumos o productos de gestión menstrual que la autoridad sanitaria estime necesarios". También agrega, en el artículo 19 n°10, que "el Estado fomentará la educación sobre salud e higiene menstrual".
Esto último considerando que la educación menstrual no es parte de una política educativa en los colegios del país, por lo que hay un alto grado de desconocimiento, mitos y estigmas sociales que tienen una serie de consecuencias, como el ausentismo escolar en niñas.
"Mejorar la calidad de vida de las mujeres en edad reproductiva"
Según se señala en el texto del proyecto de ley, "lamentablemente, no todas las mujeres tienen la oportunidad de acceder a los insumos y productos de gestión menstrual necesarios para su bienestar. Además, se ha constatado que existe bastante desconocimiento e ignorancia en la población general acerca de la importancia de la salud e higiene menstrual, los ciclos menstruales, la prevención de posibles infecciones vaginales, y los riesgos potenciales asociados a la ausencia de medidas y cuidados pertinentes".
En ese sentido, argumenta que "esta reforma constitucional contribuirá a mejorar la calidad de vida de las mujeres en edad reproductiva, y servirá de base para perfeccionar la educación y formación intelectual de los niños y adolescentes sobre esta materia". También sostiene que "como señala la Unicef, contar con disponibilidad y acceso a agua segura, que los baños o letrinas estén en las mejores condiciones y que haya acceso a materiales para la menstruación es fundamental para tener una vida digna y para el cumplimiento de los derechos humanos".
Este proyecto se suma a otras dos iniciativas en esa materia que han sido presentados en el Congreso: Una que prohíbe "el carácter sexista en los tributos y declara exención del IVA de productos de gestión menstrual", y otro que solicita enviar un proyecto que disponga "distribución gratuita de productos de higiene menstrual en establecimientos educacionales con aportes del Estado, en centros de salud pública, cárceles, albergues y personas de situación de calle".
En otros países también se está avanzando en políticas en esa línea. En Argentina, por ejemplo, se tramita una iniciativa de provisión gratuita de elementos de gestión menstrual; en Canadá se levantó el impuesto federal sobre los productos de higiene menstrual; en Francia, Alemania y Colombia se rebajó el impuesto a esos productos; y en Francia hay distribución gratuita para estudiantes con máquinas dispensadoras en residencias y servicios de salud universitarios. Y en Japón se contemplan licencias laborales para quienes sufren fuertes dolores menstruales que le dificulten trabajar, o si el trabajo es dañino para la salud durante la menstruación.
