La primavera está cerca de culminar no sin haber dejado altas temperaturas en el país, por lo que meteorólogos ya comienzan a compartir algunas proyecciones de lo que podría esperarse para este verano 2022. Esto, en medio de la preocupación constante por los efectos del cambio climático.
De hecho, ayer la
Dirección Meteorológica de Chile (DMC), emitió ayer una alerta por evento de altas temperaturas, el cual se extenderá hasta el domingo 19 -jornada de la segunda vuelta presidencial-, entre la zona pre-cordillerana de la región de Coquimbo, hasta el valle del Biobío. Se prevé que, en esos días, los termómetros alcancen los
36°C en algunos sectores, por ejemplo, en la región Metropolitana.
En conversación con Emol, Catalina Cortés, Jefa de la oficina de Servicios Climáticos de la DMC, señala que de acuerdo al último pronóstico estacional emitido, que contempla diciembre de 2021 y enero y febrero de 2022, "en gran parte del país, desde Arica y Parinacota hasta Aysén, las temperaturas máximas deberían estar sobre los rangos de normalidad".
Agrega que el caso de la Región Metropolitana, "las máximas deberían promediar entre los 29° y 30° Celsius, que son los rangos normales en que se mueven durante el verano, pero si la tónica es sobre lo normal, debiésemos superar los 30° Celsius".
Estas condiciones de máximas sobre lo normal, se traducen en posibles "eventos de altas temperaturas u olas de calor", aclara Cortés.
Por su parte, Miguel Fernández, meteorólogo y académico de la Escuela de Ciencias del Mar de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), pone el acento en el cambio climático. "Definitivamente las temperaturas de la primavera no fueron las habituales. En los últimos años ha habido una clara tendencia hacia los fenómenos de temperaturas extremas, todo lamentablemente acorde al cambio climático", enfatiza.
Para el especialista, las condiciones climáticas que se han experimentado durante los últimos años en Chile no responden específicamente a los fenómenos de El Niño o La Niña, sino a cómo éstos interactúan con los cambios climáticos que afectan al planeta.
"Si bien el fenómeno del Niño históricamente había mantenido una frecuencia de 3 a 7 años, en el último período ha predominado la Niña y sus efectos de sequía", explica Fernández. "Catalogar a uno como más dañino que el otro sólo depende de la intensidad con que ocurran", acota.
Recomendaciones para la temporada estival
De cara al verano que se inicia la próxima semana, Fernández recomienda a las personas la ingesta constante de agua y también el uso frecuente de protector solar. "Y por supuesto cuidar el agua. Es un bien limitado y el mal uso puede traer consecuencias muy graves, sobre todo si se mantiene la actual tendencia de bajas precipitaciones invernales", sentencia.
Su par de la Universidad de Magallanes (UMAG), Jorge Carrasco, recalca que "siempre hay que hidratarse, tomar agua antes de tener sed. Por otra parte, es una época de alta incidencia radiativa así que hay que cuidarse de la exposición prolongada al sol, ponerse bloqueador para cuidarse de la radiación ultravioleta.
Para quienes viven en el norte, en tanto, la recomendación es "estar atentos a las lluvias estivales", a raíz del fenómeno de La Niña, que según los pronósticos, perdurará entre 3 a 6 meses. "Bajo este escenario y por la fecha la preocupación estaría en norte por eventuales eventos de precipitación de verano en el Altiplano que podrían tener algún grado de intensidad como para ocasionar algunas crecidas de ríos", remarcó el meteorólogo.