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Santiago centro paga doble: Los "otros réditos" que obtendrá el sector político que gane "la madre de todas las batallas"

La conquista de una zona emblemática y cargada de simbolismos, se reflejará también en la "sensación de triunfo" de los bloques en disputa. Por ello, es una de las contiendas a observar.

25 de Octubre de 2024 | 06:00 | Redactado por Daniela Toro, Emol.
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Fachada de la Municipalidad de Santiago.

El Mercurio/Archivo
La comuna de Santiago reviste una importancia especial en toda contienda municipal. La relevancia de la zona, su tradición histórica y el centro cívico, lo han convertido en "la madre de todas las batallas", a tal punto, que puede incidir en la "percepción de triunfo" en determinado sector político.

Este año, son cinco los candidatos que disputan el sillón edilicio: Karen Osorio (PDG), Rosario Carvajal (IND), Gaspar Ortiz (IND), Mario Desbordes (RN), y la actual alcaldesa Irací Hassler (PC), quien va a la reelección, por su segundo periodo.

Entre los dos últimos nombres es donde se prevé que se medirá la principal contienda, lo que enfrenta a la capacidad de la izquierda de conservar el municipio que conquistó en 2021, y a la derecha, para recuperarlo tras la caída del exalcalde Felipe Alessandri.

¿Cuán relevante es la comuna de Santiago? De acuerdo a Eric Latorre, director del magíster de Gobierno y Administración Pública de la U. Autónoma, plantea al menos dos de sus elementos simbólicos. "En primer lugar, lo obvio: es la capital del país, donde se ubica todo el centro cívico, lo que le da una connotación donde históricamente se le ha llamado a la madre todas las batallas, de Joaquín Lavín en adelante", sostiene.

Añade que hoy día se le suma un sentido particular: "Santiago resume, de alguna manera, los problemas del país en materia de seguridad, de destrucción de los espacios públicos, de problemas de hacinamiento, de vivienda, etc."

La principal "batalla" para Santiago: la seguridad


El foco en seguridad ha sido uno de los elementos más relevantes para los candidatos municipales, quienes también apuestan por mejoras en el aseo y ornato de la comuna -que aún sufre de los vestigios que dejó el estallido social-, y la salud municipal.

Esos fueron los cuestionamientos que motivaron, en marzo, a varios nombres comenzaron a manifestar su interés por quedarse con el apetecido sillón municipal, entre ellos, el abogado Aldo Duque -quien posteriormente dio un paso al costado en beneficio de Desbordes, y Sebastián Sichel, quien finalmente competirá por Ñuñoa. También buscaba un espacio el PS, Ismael Calderón.

El argumento se repetía: "Hassler arrastra una degradación en la calidad de vida, que se evidencian en diversos aspectos, como seguridad ciudadana y salubridad pública y de servicios", decía Calderón, junto con subrayar que "el tema de la seguridad debe ser prioridad".

Duque, por su parte, mantuvo su discurso centrado en la crisis de seguridad, pero también hacía hincapié en casos como la fallida compra de la Clínica Sierra Bella, o denunciar presuntos arreglos impagos del Instituto Nacional.

Sobre este dilema, Latorre comenta que "si el tema de la seguridad y la delincuencia se toma en la agenda como los temas más importantes para la próxima elección presidencial y la actual elección municipal, en Santiago se concentran este tipo de problemas, y quien gane, será además quien esté siendo percibido por la ciudadanía como la coalición que pueda, razonablemente, abordar mejor este tipo de problemas".

¿Cuánto pueden capitalizar los sectores?


Al mirar la contienda oficialismo-oposición, los candidatos han desplegado sus estrategias y han fichado a figuras de peso para sus respaldos.

Hassler, por ahora, ha apelado a la "continuidad" de la gestión, a conservar lo "logrado hasta ahora", y fichó a la ex Presidenta Michelle Bachelet para los apoyos. Desbordes, por el contraste, apela al "cambio" y es respaldado por Evelyn Matthei, eventual carta presidencial de Chile Vamos.

El dato en torno a los respaldos no es menos relevante. Latorre comenta sobre esto que "en el caso de Hassler, si ella gana, que sería por un estrecho margen, una victoria importante. Sin embargo, no tan relevante porque ella no es una figura nacional dentro de la alianza de gobierno, del oficialismo, y no existe una figura presidencial a la cual se le pueda endosar ese triunfo hoy día, directamente".

En el caso de Desbordes, su triunfo puede ser tanto más relevante, "porque Matthei ha tenido, de una u otra manera, participación en su campaña, y para ella sería muy importante, sobre todo en este momento que está cayendo en las encuestas, aparecer con Desbordes en el triunfo y mostrar que la promesa de Desbordes, de seguridad, de orden, de progreso, es la promesa que puede encarnar Matthei, ahora a nivel nacional. En definitiva, es muy simbólico para la derecha ese triunfo", planteó el experto.

Para Gonzalo Valdés, analista político de la UNAB, hay otra dimensión clave. "Esta comuna tiene la historia del estallido social atrás, y en ese sentido, para el PC es una batalla importante, no sólo por la relevancia que tiene la comuna de Santiago, sino que también por lo que va a representar a futuro, de darle continuidad a un proyecto".

"A cinco años del estallido social, donde más de la mitad de la población lo considera un error o un engaño, el triunfo les daría una posición de la que afirmarse, de que en el lugar donde el 18-O se sintió más fuerte, es justamente el lugar donde se reeligen. Hay una dimensión electoral ahí, pero también discursiva", añade.

En el caso de la derecha, la lógica es la misma en torno a lo discursivo, donde el triunfo de Desbordes vendría a simbolizar el terminar con la lógica de los efectos nocivos del estallido social. Pero a eso, añade Valdés, se suman un alivio "interno" de las tensiones que se abrieron al interior de la centroderecha de cara a esta campaña municipal.

Por su parte, José Francisco Lagos, director ejecutivo del Instituto Res Publica, cree que la batalla por Santiago "indudablemente va a cambiar el escenario para el oficialismo y que la apuesta será exacerbar los triunfos simbólicos, pero estos simbolismos no han sido predictivos de cara a la elección del año siguiente".