SANTIAGO.- A lo largo de su historia, la industria de la música ha sufrido varios cambios tecnológicos: sólo durante los últimos 15 años la situación ha revolucionado totalmente la manera en que estos contenidos se distribuyen, pasando de las ventas de discos a las ventas digitales y finalmente al streaming, con el desarrollo paralelo de la piratería. Y otro cambio podría estar por llegar, con tecnologías que hoy están en desarrollo o que se están aplicando de una manera distinta.
La que tiene más posibilidades de cambio es la realidad virtual, asociada hasta ahora principalmente a videojuegos, pero que tiene un potencial importante como herramienta de consumo de contenido musical y, gracias a su grado de interactividad, también de creación.
"Es un tipo de experiencia totalmente diferente, más metafórico, que permite vivir la música de otra forma totalmente distinta", comenta Lars Perkins, ex asesor de la NASA, creador de la firma de realidad virtual Red Pill VR y quien visitó Chile la semana pasada para exponer en el festival musical interactivo BudLab.
Perkins describe dos tipos de experiencias de realidad virtual: una es la que usa equipos de bajo costo, como Cardboard o Gear VR, para mostrar contenido estático, es decir, ver un concierto de música en VR desde un único punto de vista, donde el usuario puede sólo girar su cabeza. Un segundo tipo de trabajo usa visores más avanzados, como el HTC Vive o el Rift de Oculus, entregando más posibilidades de interacción a través de controles o un seguimiento que permite que el usuario camine en un espacio virtual.
500 dólares debe costar un visor de realidad virtual para lograr la adopción masiva, según expertos
"En estos casos estás inmerso, no sólo estás mirando sino que participas", dice el experto sobre este segundo ejemplo, precisamente el área donde hoy se desarrolla su compañía, especializada en trabajos musicales. En su visita, Perkins hizo una demostración desarrollada por Red Pill donde se simula un ambiente submarino donde una medusa reacciona a la música y el usuario puede tomarla e interactuar con ella. Los trabajos más avanzados de la compañía ya se traducen en experiencias concretas: están trabajando en un proyecto con el reconocido productor Quincy Jones para contar la historia de la música estadounidense, y han mantenido conversaciones con artistas como Lady Gaga y Taylor Swift para potenciales desarrollos en esta misma área, sin anuncios concretos hasta ahora.
"Las conversaciones están, pero falta adopción (de las tecnologías) y mucha educación. Las preguntas que se hacen los artistas son generalmente qué se puede hacer en esta área, cuánto cuesta, cómo se presentaría al intérprete", comenta, agregando que un área de particular interés son los conciertos. "El único lugar que todavía es rentable son los conciertos, pero tienen el problema de no ser escalables, es decir, un cantante puede hacer un número limitado de presentaciones al año", explica.
"La industria ve aquí un potencial. Si un DJ no tuviese que viajar de Alemania a Las Vegas para hacer un show, podríamos tenerlo haciendo presentaciones para millones de personas en todo el mundo al mismo tiempo. Quizás el precio de la entrada no sería el mismo, pero sería una experiencia en vivo para todos", comenta.
Lo más cercano hoy
Perkins explica que para que esta tecnología sea adoptada de manera masiva, se requiere un descenso drástico en el precio llegando a un promedio de US$ 500 por visor (hoy los más avanzados cuestan sobre los US$ 800, además de necesitar un computador cercano a los US$ 1.000). Pero otras tecnologías que están cambiando la forma de consumir música están más cercanas.
Una de ellas es el WiFi. La presencia de internet en casi todo momento ha hecho que la reproducción de música sea algo ubicuo, pero ahora la tecnología usada para el acceso a la red también está siendo usada para conectar parlantes en el hogar.
El avance no es nuevo, pero compañías como Sonos han armado negocios enteros alrededor de esta noción, por lo que otras se están sumando a este mercado. "Bluetooth es lo que todos usan hoy, pero WiFi, el conectar los equipos a una red local, es lo que se está desarrollando fuerte en Estados Unidos. Eso, unido al giro hacia modelos de suscripción para consumo de audio, está generando una elección importante para los usuarios", explica Patrick McAskin, director de ventas para Latinoamérica de Zound Industries, compañía detrás de marcas como Marshall y UrbanEars.
¿Qué ventaja ofrece el uso de tecnología WiFi para audio? "Conectas el teléfono a través de la red WiFi a través de una aplicación, y también conectas el teléfono. Entonces, por ejemplo, puedes estar escuchando música en un parlante en la cocina con cierta música, y mediante la aplicación, puedes elegir reproducir otra cosa en parlante del living, o también hacer que suene lo mismo. Permite manipular distintos aparatos de manera simultánea", describe Jaime Luongo, brand manager de la firma de audio House of Marley. Tanto House of Marley como UrbanEars están preparando parlantes para este segmento, con esta última adelantando que Chile será el único país de Latinoamérica donde lanzará este equipo durante 2017.
La tendencia de lo inalámbrico no sólo se extiende a parlantes, sino que ya se ve un auge de los audífonos inalámbricos, conectados principalmente a través de Bluetooth. "En EE.UU. hoy más del 50% de la venta es de audífonos Bluetooth y en Chile ya es de un 15% en cuanto a valor. Es un mercado que ya está desarrollado", comenta Luongo. Esta área también se verá potenciada con el nuevo estándar Bluetooth 5.0, que permitirá conexiones de mayor alcance (es decir, que el teléfono y los audífonos podrán estar separados por más distancia) y el uso de múltiples dispositivos en base a una sola fuente de emisión. El Galaxy S8 de Samsung, que se estrenará a mediados de este mes, será el primer equipo en Chile en tener esta nueva tecnología.
