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Columna de Astronomía | Un viaje al Sol y Olin Eggen Parte II

La sonda Parker de la NASA llegará tan cerca del astro como ningún otro instrumento lo ha hecho.

17 de Enero de 2018 | 09:34 | Por Gaspar Galaz
Por Gaspar GalazAcadémico del Instituto de Astrofísica de la U. Católica de Chile

Doctor en astrofísica de la Universidad de París y fue investigador postdoctoral de la Carnegie Institution for Science (EE.UU.). Actualmente es profesor asociado del Instituto de Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, del cual también es su director, miembro del Centro de Astro-Ingeniería UC e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).

Dentro de los nuevos proyectos de la NASA, está la recientemente anunciada sonda Parker, que pasará a una distancia de sólo 6 millones de km del Sol. Su misión será, entre muchos otras, recolectar información sobre la corona solar y adquirir datos que permitan entender mejor dónde y cómo se generan las partículas cargadas que el astro emite y que afectan a los planetas del Sistema Solar, la Tierra incluida. Al mismo tiempo, estudiará el campo magnético del Sol desde una corta distancia, una nunca antes alcanzada.

En este viaje, la temperatura a la que la sonda y sus componentes serán sometidas es enorme, debiendo resistir cerca de 1.400° C. Por ello, gran parte de sus innovaciones tecnológicas han debido concentrarse en resolver el problema de la aislación térmica, no solo para que los componentes electrónicos no se "derritan", sino que además para que operen según las especificaciones. En particular, la sonda está provista de un aislante térmico que consiste en un blindaje de 12 cm de un compuesto de carbono especialmente diseñado para la ocasión.

El lanzamiento de la sonda está programado entre julio y agosto de 2018, desde Cabo Kennedy. Para alcanzar una órbita que le permita pasar cerca del Sol, pero a suficiente velocidad para no caer definitivamente al astro (lo que decimos en chileno, pasada rasante), la sonda hará siete vuelos orbitales cerca de Venus, y después de siete años entrará finalmente en una trayectoria de estudio cerca de la corona solar. Para hacerse una idea de lo cerca que pasará del Sol, tenga en cuenta que el diámetro solar es de 1.400.000 km y la sonda pasará a sólo unas 4 veces su diámetro. Ningún objeto construido por el ser humano ha estado tan cerca del Sol.

Tenga en cuenta que el diámetro solar es de 1.400.000 km y la sonda pasará a sólo unas 4 veces su diámetro. Ningún objeto construido por el ser humano ha estado tan cerca del Sol

Gaspar Galaz
De todas las pruebas que hará, la más esperada es el estudio del viento solar —partículas cargadas de alta energía emitidas por el sol y que llegan a la Tierra interaccionando con el campo magnético terrestre que actúa como escudo—. En el espacio la protección es bastante menor y el viento solar es capaz de afectar equipos electrónicos, las comunicaciones e incluso a los astronautas. Esto último es crítico si pensamos realizar misiones espaciales prolongadas a la Luna o a Marte. Por lo tanto, la misión Parker es fundamental para adquirir nuevo conocimiento útil para la exploración espacial futura.

Esto me trae el recuerdo de una conversación con Olin Eggen, en Cerro Tololo. Yo estaba realizando en 1992 una práctica de vacaciones con el astrónomo Doug Geisler (hoy destacado profesor de la Universidad de Concepción), estudiando estrellas gigantes y supergigantes rojas. Ante una duda referente la estructura de las estrellas y sus anchos equivalentes de las líneas de absorción, Doug me sugirió que fuera a preguntarle a Olin sobre el asunto. En un momento de la conversación Olin dejó el tema de lado y argumentó que el gran misterio del Sol, y totalmente desconocido en otras estrellas, era justamente la corona solar. Que era ahí donde el ser humano debería invertir recursos, es decir para estudiar al astro. Sin duda estaría muy entusiasmado con esta misión Parker. Yo ingenuamente no le seguí mucho la corriente y después de unos 20 minutos escuchando, le insistí por el asunto de los anchos equivalentes y contestó: "Oh sí, los anchos equivalentes...disculpa, anda a la biblioteca y saca el artículo de Baker en la revista Publications of the Astronomical Society of the Pacific, año 1974, volúmen 86, página 33. La respuesta a tu pregunta debería estar en la tercera página del artículo, en la figura de la izquierda"... una típica respuesta de Olin… y consistente son su "bibliolocura" de la cual hablamos en mi anterior columna.

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