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Un desastre como gásfiter y electricista

27 de Diciembre de 2005 | 09:47 |
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Barañao regreso a Chile el ´95 porque cuando vino al matrimonio de su hermano, conoció a la prima de su cuñada y se enamoró. Con ella, una periodista, tiene dos hijos de 7 y 5 años. Engancharon tan rápidamente que ni siquiera dio para tener un pololeo por carta.

“Al año dos meses estábamos casados; yo soy así, de decisiones súper rápidas”, dice muerto de la risa. Y agrega, “llevamos nueve años juntos”.

-¿Tu familia ha sido tu mejor proyecto?
“Sí, mi matrimonio y mis hijos, en ellos pongo todo. Mi éxito ha sido sacar adelante mi matrimonio porque ha sido súper difícil.
“Imagínate que ella se casó con un weón con veinte mil cosas en la cabeza, que trabajaba todo el día y que vivía armando cosas por aquí y por allá. Fue un gran desafío que ella aguantara todo esto. Y además, estaba la incertidumbre, imagínate cuando me quede sin plata… ella tuvo que mantener la casa y eso son cosas súper valorables. Me ha apoyado siempre en todo”.

-¿Y cómo eres con tus hijos? ¿Te acompañan?
“Antes estaba ausente, pero hoy corro para estar con ellos. Son parte de este restorán, vienen y les encanta, al más chico sobre todo. Estoy presente, los voy a dejar y a buscar al colegio.
“Por un tiempo cargué una mochila. Uno anda con cargos de conciencia y el mío es que mi matrimonio empezó a caer en posible fracaso porque yo estaba todo el día trabajando y no le dedicaba tiempo a mi mujer; era más importante mi negocio porque estaba el desafío personal de querer demostrarle a todos que no era tonto”.

-Entonces, ¿ella fue bien sabía?
“Sí claro. Antes, cuando tenía rollos me iba para adentro, y ahora me comunico”.

-¿De machista tienes poco?
“Poco, pero siempre algo queda”.

-Son pocos los aceptan que la mujer los mantenga.
“Ahhh…. Pero para que me iba a engrupir, si en ese tiempo no tenía para nada”.

-¿Y que pasó con los cargos de conciencia?
“Es que empecé a ver que otros tienen la mochila más grande. Se van a la pega a las 9 de la mañana, mientras que a los niños los lleva una liebre; en la tarde, van al happy tour y después al gimnasio y cuando llegan, a las 9 de la noche, los hijos están durmiendo. Así que en verdad, yo no estoy tan mal.
“Me escapo a la casa, me acompañan a las reuniones en el canal”.

-Gustándote tanto la cocina, ¿asumes esa labor en tu casa?
“Sí (medio resignado), pero tampoco es que llego y cocino todo el día. Mi nana cocina súper bien y en los fines de semana tratamos, en general, de salir fuera de Santiago. Tenemos casa en Aculeo y ahí no tengo problemas de encargarme del asado”.

-No falta el amigo que invita a Barañao para que haga la rica comida.
“Un par de veces me pasó, pero uno cacha cuando se trata de eso y ya no voy”.

-¿Y eres hombre de desatornillador?
“Noooo, soy un desastre para eso”.

-Teniendo poco tiempo, ¿te das espacios para el club de Toby, el futbolito?
“Junto a mi club de Toby acá, en el restorán; tengo amigos de todo tipo. No estoy en ninguna liga y ahora me operaron, así que no puedo jugar fútbol.
“En todo caso, he recuperado algunas cosas; este año retomé hacerme masajes y entré al gimnasio. Ando harto en moto, pero debo bajar unos kilitos que subí”.

Sigue solo: “en enero voy a parar la máquina, voy a poner el freno de manos, pensar y organizar un poquito el negocio para ver hacia dónde va. Mi proyección para el 2006 es trabajar menos y estar más con mis hijos”.

A los 36 años tiene poco tiempo para el cine, la lectura y no le hace el quite a ningún tipo de música, aunque le gusta mucho las cumbias y merengues. Con su señora asumió el compromiso de que el lunes trabaja hasta las 5 P.M. y la saca a comer. “Uno peca de egoísta y cree que la mujer va a estar siempre aguantando todo”, afirma.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Juntarme con mi grupo de amigos a tomarse una buenos tragos y jugar cacho”.

-¿Te costaría renunciar?
“Sí, incluso lo hago para despejarme. Ahora, pueden pasar dos meses sin hacerlo. También me gusta sentarme a comer rico, no hay nada peor que comer apurado y comer parado, como los caballos, me da lata, pero muchas veces como un sándwich manejando”.

-¿La comida se disfruta solo?
“Noooo… acompañado. Comer y tomar solo es lo más fome”.
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