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Todo sobre la firmeza de la piel

La calidad del colágeno y de las fibras elásticas es básica para mantener el tono de la piel. Cuando éstas decaen, aparecen surcos, y otros cambios que alteran la forma de la cara. Aquí, una completa guía de las causas de la pérdida de firmeza y cómo combatirla.

18 de Mayo de 2007 | 08:55 |
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La importancia del colágeno

La firmeza se sustenta en la dermis, que es la segunda capa de la piel y donde están sus cimientos. Depende directamente de la cantidad y calidad del colágeno, fibras elásticas y reticulares, las que se van deteriorando producto del paso del tiempo, la fuerza de gravedad y factores externos. Es así que el colágeno de buena calidad se ve reemplazado con los años por tejidos amorfos que no tienen la misma capacidad de sostén. Las fibras reticulares corresponden a fibras de colágeno pero más finas, que están insertas en la dermis superior, y que forman una malla que le da firmeza a la piel y la capacidad de adquirir los movimientos y volver a su estado normal de inmediato.

La llegada de la flacidez

Lo que sucede es que la masa ósea decrece y se achica, la parte muscular sobra y eso repercute en la piel. A esto se suma una distensión por pérdida del tono muscular, con lo cual se produce una flacidez de la musculatura y la pérdida de firmeza que se deviene por la carencia en la síntesis de colágeno. Aunque hay pieles que por genética son más ricas en colágeno, como las de tez morena, que suelen ser más turgentes.

Aparición de surcos

La falta de firmeza se evidencia con la aparición de surcos alrededor de la nariz, líneas desde la comisura de los labios hacia el mentón, la formación de papada, y pérdida de tensión en el párpado superior. Se produce un notorio descenso de la piel por una suma de cambios estructurales que se añaden a la fuerza de gravedad. Una piel que pierde firmeza también luce opaca, gruesa y menos turgente.

La acción del sol y tabaco

Además del proceso natural de envejecimiento, la pérdida de firmeza se ve acelerada y acrecentada por factores externos como la radiación ultravioleta, específicamente los rayos UVA, que son los que llegan a capas más profundas de la piel, alterando la calidad del colágeno. Son los rayos propios de los solárium. También resulta un agravante el tabaco, pues produce una disminución de la oxigenación de los tejidos, con lo que el recambio del tejido elástico y reticular se hace tan lento que predomina el envejecimiento. Es decir, el deterioro va más rápido que la reparación. También incide la hipotonía muscular (piel laxa), por tener hábitos sedentarios y las bajas de peso excesivas.

La cara cambia de forma

La pérdida de firmeza trae consigo un cambio en la forma del óvalo facial. La cara se alarga producto de la laxitud. La comisura de los párpados que en la adolescencia termina más arriba del límite medio de la órbita, en la vida adulta desciende y da un aspecto triste. Lo mismo sucede con el ángulo de la boca, que decae y cambia la fisonomía.

La prevención es válida

Uno de los factores de prevención que mejores resultados trae es el uso de protectores solares. También es beneficioso mantener una dieta equilibrada que le permita a la piel contar con los antioxidantes necesarios para sus funciones metabólicas. Así como evitar el cigarro, mantener la piel hidratada y usar cremas que estimulen la síntesis de colágeno.

Tratamientos reafirmantes

La tendencia es tratamientos integrales, que combinan cremas específicas con terapias hechas por el médico en consulta. Destaca Thermage, una máquina que a través de calor hace que las fibras de colágeno se retraigan y la piel recupere tensión. Son dos sesiones y los efectos duran 3 años. Otra opción es el láser, que estimula la síntesis de colágeno nuevo. Se realiza una sesión mensual y luego de tres, se notan los resultados. El resto son tratamientos más invasivos como hilos tensores o lifting.

Los activos claves

De la acción reafirmante que se puede encontrar en una crema, destacan los que contienen antioxidantes capaces de hacer que los fibroblastos generen más colágeno como la vitamina C y E, liposomas, coenzima Q10, ácido retinoico y argireline.

Consejos extra

Es importante manipular con delicadeza la piel. No restregarla al lavarla, y aplicar las cremas desde el centro de la cara hacia los extremos, y desde abajo hacia arriba para contribuir con el drenaje linfático. ya









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