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Las propuestas de la comisión Meller que velan por la mujer

Esta economista explica que una eventual modificación a la norma sobre salas cuna, un subsidio al ingreso laboral bajo y un cambio en el sistema de capacitación podrán ayudar a las mujeres a encontrar empleo y mejorar su estándar de vida.

25 de Septiembre de 2008 | 08:26 |
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No será fácil poner en marcha algunas de las propuestas que el Consejo Asesor de Equidad Social, más conocido como comisión Meller, presentó a la Presidenta tras abordar el debate nacional sobre “sueldo ético”.

No sólo la economía está sufriendo los embates de una alta inflación y un valor del petróleo impensado; sino que también la estructura social chilena, como la tributaria, está pensada en el individuo y no en el grupo familiar.

Aún así, la economista Andrea Repetto, quien participó de esta comisión, se muestra optimista y asegura que aunque la mirada del Consejo estuvo en la pobreza que afecta a los sectores más vulnerables, más allá del género, sí hay algunas medidas que están pensadas directamente para las mujeres y que tienen que ver con su maternidad.

“Sin duda, si miras los datos sobre pobreza y distribución, donde hay más pobreza es donde hay una sola persona trabajando y, en general, esa es una mujer. Entonces, si quieres aliviar los problemas de pobreza del país, hay que ayudar a las mujeres pobres a generar ingresos”.

-¿La maternidad sigue siendo un elemento estructural que define la desigualdad respecto de la mujer en el mundo laboral?
“No completamente. Sin duda, entre un hombre y una mujer con la misma capacitación y experiencia, ella va a ganar menos; eso sucede en Chile y otros países, cuestión que, probablemente, tiene que ver con discriminación, con regulaciones sobre la maternidad y las salas cuna, y con las mismas elecciones de las mujeres -nosotras somos menos competitivas que los hombres, queremos menos cargos de responsabilidad. Todo eso se conjuga para que ellas se vean en desventaja en el mercado laboral.
“Una de las cosas que toma el Consejo tiene que ver con la maternidad, cuestión que también apareció en el Consejo de la Infancia, concretamente con las salas cuna y su financiamiento, que hace que las empresas contraten hasta la mujer número 19, porque con la 20 tienen que dar el beneficio”.

-¿Y qué se propone?
“Que el financiamiento pase a ser cargo de los impuestos generales de la Nación, porque todos tenemos el deber de preocuparnos de estimular a los niños, de que alguien los cuide mientras sus padres salen a trabajar. Más que pasarle el costo al Estado es pasárselo a la sociedad completa”.

-¿Y hubo consenso en la comisión en este tema?
“Hubo consenso en la necesidad de moverse hacia un sistema que no grave sólo a las mujeres”.

-¿Y a las empresas?
“En eso no hay tanto consenso. Algunos creen que todas las empresas deben dar el beneficio independiente del número de mujeres que tengan; hay otros que creen que se debe financiar con impuestos generales. Pero hay un consenso de que esto no puede ser gravando a la mujer por trabajar y tener hijos”.

-Esto no será prioritario, hay otras medidas que sí como alguna referida a que el 44% de los hogares indigentes tienen jefatura femenina. ¿Eso es urgente?
“Sí, la gran propuesta del Consejo, que entiendo ahora está estudiando el Consejo de Ministros, es entregar un subsidio al ingreso laboral, cuestión que se dio por consenso absoluto dentro de la comisión. La frase inicial del informe es que la mejor política contra la pobreza es que todos tengan un empleo, y de ahí es que surge la idea.
“El subsidio al ingreso laboral consiste en un subsidio que se reparte entre el empleador y el trabajador, ya sea independiente o dependiente, que alcanza a un 30% del sueldo bruto hasta los 150 mil pesos y que va decreciendo hasta los 300 mil pesos. Del total, dos tercios son para el trabajador y un tercio para el empleador. Lo que esto hace es promover que más gente quiera salir a trabajar, y también que más empresas quieran contratar, o sea, que haya tanto más oferta como más demanda”.

-¿Esta medida es la más efectiva para aumentar la empleabilidad de la mujer?
“Por lo menos es más efectiva para trabajadores que ganan salarios en torno al salario mínimo, que es una proporción muy alta en Chile. El 50% de los chilenos gana 200 mil pesos o menos, y eso tiene que ver con la baja productividad. Para elevar sus ingresos se requieren mejores salarios a través de mayor productividad, y también la posibilidad de que encuentren trabajo. La propuesta alivia los costos al empleador de tomar a personas que tienen productividad en torno al salario mínimo”.

-No se sabe como se va a concretar, pero ¿está pensado, en una primera etapa, para todas las mujeres o para las mujeres madres?
“Está pensado, en un principio, para el 20% más pobre, focalizado entre las madres y los jóvenes y que luego se vaya extendiendo a los padres. Hay que ver cómo funciona, ver si efectivamente se dan más ofertas de trabajo; si los que están informales empiezan ahora a cotizar. Hay que probar porque estos son gastos muy grandes, estimados en el orden de medio punto del PIB”.

-¿Por cuánto tiempo se puede sostener este gasto?
“Con los recursos que tenemos hoy y si la sociedad acepta, se puede hacer. Este tampoco sería un gasto permanente si es efectivo como programa para favorecer el empleo. La idea es que la gente empiece a salir del sistema, que entre en su primera oportunidad de empleo, pero una vez que adquiere experiencia, pueda seguir moviéndose hacia arriba”.

Andrea Repetto hace un alto en esta parte. Reconoce que por el momento que vive la economía se hace más difícil aplicar esto, es decir, que se contraten trabajadores aunque haya subsidios. “Pero por ello es más urgente hacerlo ahora”, sostiene.

-¿Qué pasa con la capacitación de las mujeres?
“Bueno, esa es la segunda gran propuesta del Consejo. La mujer necesita la chance de tener un empleo y una vez que lo tiene, que éste sea mejor remunerado.
“Hay varias ideas, pero la más importante tiene que ver con la forma como se financia la capacitación hoy; el programa más importante es la franquicia tributaria donde la empresa es la que decide capacitar un trabajador y el Estado le devuelve parte de ello al año siguiente. Esto está bien en el sentido de que la empresa sabe cuál es la capacitación que requieren sus trabajadores, pero presenta problemas. Uno de ellos es que no se capacita para competencias generales, porque una vez capacitado, el trabajador puede irse a otra empresa, la que se beneficiaría de la inversión realizada por la primera”.

-Y no llega a las PYMES.
“Sí, se está lejos de llegar a las PYMES, que es donde el rezago escolar de los trabajadores es más grande. De hecho, un 70% de los trabajadores por cuenta propia no ha terminado la educación media. Pero los recursos de la franquicia tributaria no les llegan. El 1% de las empresas recibe el 40% de los recursos, y el 80% del dinero de la franquicia llega a las empresas más grandes de Chile. Así, los trabajadores que están en los quintiles de más arriba tienen 4 veces más posibilidades de capacitarse que los que están en el de más abajo, porque ellos no están empleados en las empresas grandes.
“Con este instrumento no se llega a quien se quiere llegar; probablemente este sea uno de los programas más desfocalizados que tenemos en el país. Se propone un cambio muy grande y que apunta a que en vez de que decida la empresa, lo haga el trabajador razón por la cual se le entrega un bono a él. Son bonos graduados según la necesidad de capacitación que tiene, más grande para las mujeres que están mucho tiempo fuera del mercado laboral o los jóvenes, que tienen empleos intermitentes. Esto favorece más a la mujer que es más vulnerable”.

-Uno de los problemas que tiene la mujer es que está, más de la mitad, en el empleo informal, sobre todo el primero y segundo quintil. ¿Cómo se revierte?
“La gente que trabaja por cuenta propia o informal tiene una situación mucho más precaria y sin duda, tiene menos beneficios; no tiene acceso a salud, al seguro de cesantía, no tiene pensiones aunque con la reforma previsional reciente este problema se mitiga.
“Hay propuestas específicas para fomentar la formalización. Además, la propuesta de subsidio al ingreso laboral también promueve la formalización. Por último, en el caso de la capacitación lo único que se requiere es necesitarla, y los trabajadores independientes también se beneficiarían”.

-¿Estas propuestas se amarran a la reforma previsional?
“La potencia; ha habido críticas a ella afirmando que la pensión base promueve que la gente no se formalice, pero a mí me cuesta pensar que alguien que tiene 20 años hoy diga no me voy a formalizar por los próximos 40 para no perder ese beneficio. La gente toma los empleos que puede, sobre todo la que tiene menos acceso a generación de ingresos. El subsidio al ingreso laboral, más subsidios adicionales de la reforma previsional para los trabajadores jóvenes, promueven el empleo y la generación de ingresos”.

-Hay discusión en torno al hecho que todavía se considera a la mujer que trabaja como segundo ingreso familiar, lo que algunos ven como peyorativo.
“Sí, es verdad y hay discusión, pero el subsidio es a la familia, es decir, si el hogar se encuentra en el 20% más pobre, independiente de quién genera el ingreso, si es el hombre, la mujer, los dos o la abuela. Esto no discrimina, lo que pasa es que observamos que los hogares que tienen un solo ingreso, por lo general, lo provee el hombre. Entonces hay que pensar qué hay detrás de esto, que tengamos tan poca participación laboral femenina”.


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