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La democratización de la manicure

Lo que antes era un lujo de pocas, hoy es una práctica que cada vez más mujeres (y hombres) están adoptando como un hábito. Y no estamos hablando sólo de un asunto de higiene personal, sino de regalarse cada semana 40 minutos de relajo y gratificación.

15 de Julio de 2009 | 10:17 |
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Cuando Hands & Company abrió su primer local en 2003, la apuesta de Paula Goycolea y Senta Wachholtz era replicar en Chile el éxito de lo que en Estados Unidos y Europa era hace rato un fenómeno: los centros de manicure.

Hace cinco años, las chilenas no sólo no tenían el hábito de hacerse las uñas, sino que los únicos locales que ofrecían el servicio -como un anexo y no una especialidad- eran las peluquerías y las únicas clientas que lo solicitaban eran aquellas que tenían tiempo (y presupuesto) para pasarse medio día en un salón de belleza.

Pero el fenómeno de la manicure creció rápido en Chile: con Hands & Company se abrió un nicho en el mercado y rápidamente le salió competencia en el camino. Y es que "era raro que nuestro país estuviese tan atrasado en esta materia considerando el boom que había afuera", dice Dominique Rosenberg, quien trabajó durante cuatro años en spas en Estados Unidos y hoy es la directora ejecutiva de D'Beauty Supply, que representa y distribuye marcas relacionadas con el cuidado de las uñas como OPI y Essie.

En la actualidad existen más de 30 centros especializados en manicure y pedicure en Chile. "Hacerse las manos es algo cada vez más integrado en nuestra agenda de cotidianidades. Pasó de ser un lujo a ser un hábito", afirma Pilar Larraín, dueña de las tiendas Amano, que abrió su primer local en 2005 y hoy cuenta con tres más. "El 90% de nuestros clientes son fieles, tienen sus manicuristas regalonas, son exigentes, detallistas y ordenados cuando requieren un servicio", agrega.

40 minutos de gratificación

Aunque el público mayoritario de los centros de manicure son mujeres de entre 30 y 70 años, cada vez más hombres pagan por este servicio (sobre todo profesionales del área de la salud) y el número de clientas entre 12 y 17 años se ha incrementado.

Suzi Weiss-Fischmann, vicepresidenta ejecutiva y directora artística de OPI, la marca top del mundo en productos para las uñas, cree que el enorme crecimiento de este rubro está asociado a la gratificación instantánea que produce una manicure: "Una mujer sabe que sus manos y uñas lucirán mejor después de su manicure". Y el resultado se constata en 40 o 45 minutos.

El cliente que paga por este servicio no sólo lo hace por un asunto de higiene -"las manos son hoy una carta de presentación", destaca Dominique-, sino que también por el gusto de regalarse un momento de relajo. "Corres todo el día entre la casa y el trabajo. Parar una vez por semana, estar tranquila en un ambiente cómodo es darse un permiso especial", afirma Pilar.

Tanto es así, que aun en tiempos de crisis económica la clientela no disminuye: "Eso se debe al estrés asociado a la crisis. Las personas buscan desconectarse", asegura Paula Goycolea.

Tendencias: adiós a la "francesa"

Si bien las chilenas son bastante conservadoras a la hora de hacerse las uñas (y fanáticas de la manicure francesa), de a poco han ido incorporando las tendencias internacionales en materia de color. "Claramente ahora existe una cultura de manos y hemos tenido que ampliar nuestra carta de colores", cuenta Paula. Incluso hay clientas que llegan, revista en mano, a solicitar lo mismo que ven en las publicaciones.

Según Suzi Weiss-Fischmann, el color de las uñas se ha transformado en un accesorio indispensable para las mujeres: "Pueden dar un toque de diversión, glamour y sofisticación a cualquier tenida. El color de uñas está llamado a expresar tu estilo, es un lujo asequible capaz de cambiar tu look y outlook", asegura.

La tendencia en el color para esta temporada son los tonos intensos y profundos, como el morado, burdeo, azul, chocolate, café y gris carbón. Una paleta muy chic, con metalizados, bronces, platas y aceros para las más osadas.

Suzi Weiss-Fischmann, "la primera dama de las uñas" como la llaman en la industria, sugiere los siguientes colores de esmalte según la edad y personalidad:

-Adolescentes: café oscuro
-Jóvenes: burdeo brillante
-Adultas: morado
-Clásicas: rojo brillante
- Modernas: violeta ahumado
-Vanguardistas: Gris pardo







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