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Un nuevo programa de abstinencia sexual enfocado en adolescentes

09 de Junio de 2009 | 11:45 |
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Garden City, Kansas.— Algunos adolescentes se sintieron demasiado tímidos para expresar en voz alta sus promesas de abstinencia sexual, pero otros leyeron las suyas.

“Mis padres que enseñaron a esperar. Yo quiero esperar por ese hombre especial”, escribió una muchacha.

Otra escribió por qué era importante para ella abstenerse de relaciones sexuales hasta que estuviese preparada.

“Tenemos que respetar nuestros cuerpos hasta que estemos preparados física y mentalmente”, dijo. “Además, quiero esperar a estar casada, y también quiero estar preparada y educada”.

Los adolescentes planeaban intercambiar sus promesas en una ceremonia de graduación al final de un programa local de educación sobre abstinencia, coordinado por funcionarios locales del Departamento de Salud del condado Finney y la Universidad Fort Hays State.

Ocho niñas y niños hispanos de edades entre 11 y 15 años participaron en el programa, que abarca un currículum que busca revaluar los rituales de las fiestas de mayoría de edad — llamadas quinceañera — en las comunidades hispanas.

El programa, que trabaja para estimular mejor comunicación entre padres e hijos alrededor de este evento tan tradicional, fue adoptado como iniciativa local de salud y educación de una organización privada sin fines de lucro llamada Friends First (Amigos Primero que Todo), basada Littleton, Colorado.

Los conductores del programa esperaban también educar a los adolescentes sobre enfermedades de transmisión sexual y sobre el embarazo juvenil. Las tasas de embarazo de adolescentes en el condado Finney son mucho más altas que en el resto del estado, de acuerdo con el informe más reciente del Departamento de Salud de Kansas.

La tasa promedio para cinco años de adolescentes que dieron a luz en Kansas es de 27 por cada 1.000 niñas entre nueve y 19 años. La tasa es de 40 por cada 1.000 para el condado Finney. El departamento de salud encontró además que las tasas de embarazo juvenil son ligeramente más altas en zonas rurales densamente pobladas, en comparación con áreas urbanas o semiurbanas.

Durante una clase reciente un lunes por la noche, las seis niñas y dos niños entregaron sus promesas escritas a Stacy González, una de las conductoras del programa, quien les ofreció todo su apoyo.

“Va a ser duro”, dijo González a cada una de las niñas. “El sexo es muy bueno, pero es mucho mejor cuando es con la persona adecuada”.

González, especialista del departamento de salud del condado, alentó a los adolescentes a hablar con sus padres o acudir a ella o Martha Perkins, directora del centro de Fort Hays en el área, en busca de consejos.

“Siempre vamos a estar disponibles para ustedes”, dijo González. “Y, si rompen la promesa, no se preocupen porque ese tipo de cosas sucede. No es el fin del mundo”.

Previamente en la noche, durante la clase, varios de los menores y sus padres recibieron experiencias de primera mano con los tópicos del currículum.

González distribuyó gafas de visión distorsionada que simulaban los efectos de la embriaguez, y adolescentes y sus padres por igual tuvieron dificultades para caminar en línea recta o recoger objetos del suelo cuando usaban las gafas.

Todos los miembros de la familia recibieron advertencias sobre los peligros de conducir en estado de embriaguez, especialmente con adolescentes al timón.

“Todas ustedes las madres que dicen que no beben, díganles a sus esposos ’Déjame manejar, porque mi vida y las vidas de mis hijos están en tus manos”, dijo González ante un grupo de 20 personas.

Más tarde en la noche, cuando los niños entregaron sus promesas y charlaron sobre lo que iban a lucir en la ceremonia de graduación, los padres — muchos de los cuales no hablaban inglés y se comunicaron por medio de Perkins — discutieron la necesidad de continuar el diálogo sobre sexo con sus hijos una vez la clase hubiese concluido. Los padres coincidieron en que los recursos y la información no estaban disponibles en su generación, en un tiempo en el que hablar abiertamente sobre sexo era tabú.

“Ninguna de mis tías, ni mi abuela, nadie nos habló de estas cosas”, dijo Marta µlvarez, que añadió que era difícil para ella responder a preguntas sobre el tema hechas por sus dos hijas antes del programa, pero que ahora se sentía mejor equipada para hacerlo.

Otras madres dijeron que lo que deseaban era la seguridad y lo mejor para sus hijos.

“Yo quisiera que mi hija se mantuviese virgen hasta el matrimonio, pero eso lo decide ella”, dijo Luisa Frayre, que tiene una hija de 15 años. “Mi trabajo es seguirle recordando lo que es importante y lo que la hace feliz”.

González dijo que las familias pueden perder de vista tradiciones de miles de años, que vienen de las poblaciones indígenas de Latinoamérica. Ella piensa que rituales modernos como la fiesta de los 15 años pueden aumentar las posibilidades de actividad sexual y embarazo entre los adolescentes si no están armadas con la información apropiada.

“En la generación de mi madre, las niñas eran probablemente todas vírgenes a esta edad. Pero las niñas hoy en día son rápidas y comienzan a tener relaciones sexuales cada vez más temprano”, dijo González, que añadió que a veces las fiestas del arribo de la niña a los 15 años de edad pueden convertirse en símbolo de estatus y poder para la familia.

Pese al ligero incremento de la tasa de embarazos juveniles en el 2005 y el 2006, sigue habiendo una tendencia a la baja: las tasas de embarazo han caído 15% en general en los últimos 20 años en Kansas, reflejando en una escala menor la baja en los embarazos de adolescentes.

Cuando la clase del lunes llegaba a su fin, González dijo: “No sé si yo podría haber hecho esa promesa. Estos niños tienen que vivir con muchas más presiones de sus contemporáneos que las que tuve yo”.
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