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Aconsejan a padres dejar de incentivar a hijos a manejar solos cuando aún son menores de edad

La madrugada del domingo una pareja falleció tras ser chocada por un menor de 16 años en estado de ebriedad. Pero la ley es clara de que la edad mínima para conducir son 17 años, con licencia, y acompañados de un adulto. Con todo, ¿eres de los que deja que den solos una vuelta a la manzana, incluso sin carnet de conducir?

06 de Diciembre de 2016 | 10:02 | Por Ángela Tapia Fariña, Emol.
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Recién a los 17 años puede un adolescente sacar licencia, pero debe manejar en compañía de un adulto.

AP
SANTIAGO.- Treinta y dos mil menores de 18 años tenían, en abril de este año, licencia de conducir en Chile, lo que quiere decir que al menos 32 mil adolescentes debían manejar acompañados de un adulto que ya tuviera licencia. Sin embargo, “hay una cifra negra de conductores que no están en edad y que ni siquiera tienen licencia”, asegura Alberto Escobar, gerente de Asuntos Públicos del Automóvil Club de Chile.

Uno de los que forman parte de esta lista negra es el menor de 16 años, de iniciales M.E.N.R., que en la madrugada del domingo manejaba con 1,6 gramos de alcohol por litro de sangre, y que al ir por calle El Roble en dirección al poniente, no respetó un disco pare y chocó por un costado a Bernardita Ossa Busta (52) y a su esposo Fernando Mackenney Poblete (56). Ambos murieron.

La ley es clara al respecto, y M.E.N.R. no contaba con ninguno de los requisitos establecidos. Siendo menor de 18 años, la edad mínima para sacar licencia de conducir es 17. Y solo se puede acceder a este permiso, teniendo el consentimiento de los padres, habiendo pasado por un curso formal en una academia de manejo, y conduciendo siempre junto a un adulto sentado al lado, que tenga carnet de conducir clase B desde hace al menos 5 años.

Dichas reglas no se pueden romper ni siquiera en casos emergencia, como un trámite corto de ir y volver a la esquina, y mucho menos en un momento de urgencia -como llevar a alguien al hospital porque no hay nadie más que pueda en ese momento- debido a la situación de estrés a la que se sometería una persona que aún no cuenta con la madurez cognitiva, emocional y psicomotora necesaria para conducir.

“No es casual que entre las principales causas de muerte de los adolescentes estén los accidentes”, aseguró la psicóloga de la Corporación SERJOVEN y del Centro del Adolescencia de la CLC, Carolina López.

“Los adolescentes -varios de ellos con una baja percepción de riesgo- están en un proceso de formación de un esquema corporal, de todo su desarrollo neurobiológico que, recién alrededor de los 18 años, cuando la ley estipula que pueden manejar solos, le permite contar con lo necesario para poder hacer tareas como conducir”, aseguró.

La clásica vuelta a la manzana


“(M.E.N.R.) iba borrado”, dijo Escobar. “Con los grados de alcohol que tenía, no era capaz de procesar intelectualmente una señal de alto; aparecen los nervios, se pierde el control, el cuerpo se deshidrata. Además de eso, él iba haciéndose el bacán con dos o tres amigos más”, explicó.

Mientras los padres del menor señalan que él sacó el auto de la casa sin autorización, se desconoce quién le enseñó a manejar. ¿Un pariente? ¿Un amigo que terminó haciéndole un flaco favor?

Alberto Escobar explica la clásica forma chilena de muchos adolescentes iniciándose en el manejo: “Va el papá y le dice, ‘ya, lávame el auto y te dejo dar una vuelta a la manzana’. Pero, ¿qué va a hacer después ese niño cuando el papá ande de viaje o no esté en la casa? Saca el auto y sale con sus amigos. Es triste que algunos padres tienten así a los hijos. Al final, lo que hacen es incentivarlos a que saquen el automóvil a escondidas. Es como las personas que dicen que les dan un poco de trago a los niños para que aprendan a tomar. Las dos cosas son mentira, no son buenas”.

Al peligro de que un adolescente maneje un automóvil, Carolina López agregó un tema no menor, como lo es el discurso que como padres se les enseña a los hijos, respecto a cumplir las reglas. “Uno quiere darles ciertas libertades, pero al dejarlos ir solos en auto, aunque sea la vuelta a la manzana, es decirles que las normas sociales no son tan importantes, es quitarles credibilidad”, señaló. “Las normas que nos regulan por algo existen. Y sería bueno que nuestros hijos las conocieran y que nuestra conducta fuera concordante”, concluyó la psicóloga.
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