Fiesta costumbrista en pueblo Lepushe
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Las aisladas y majestuosas montañas del norte de Albania, símbolo de guerras de resistencia y de la venganza de sangre (código medieval que hasta hace un tiempo se seguía aplicando en la zona), se están convirtiendo en un destino turístico único en Europa para los amantes del senderismo y de la naturaleza virgen.
Esta nueva función contrasta con su legado histórico vinculado con la imagen de los montañeses albaneses como un pueblo guerrero indomable y lejos de la civilización y de la vida moderna.
El rincón montañoso más norteño del país, Kelmend, con las aldeas de Tamara, Lepushe y Vermosh, esconde un misterio a descubrir que fascinaría a cualquier turista del mundo.
Situada a unos 190 kilómetros de Tirana, esta riqueza natural intacta junto con las buenas tradiciones de los montañeses albaneses, la tranquilidad y el aire puro se pueden disfrutar gracias a la nueva carretera recién construida.
El verdadero patrimonio aquí no es el lujo, sino la original belleza natural y la hospitalidad de su gente conservadas por el profundo aislamiento desde los tiempos.
"La belleza de los montes es asombrosa. La gente es muy amable, pacífica y hospitalaria. Es el lugar idóneo para hacer senderismo”, dice Hanna Fray, una turista alemana.
Fray cree que es “injusta” la mala imagen que se da de esta gente y que nada de lo que había escuchado sobre este lugar (peligroso, inseguro y regido por la venganza de sangre) es cierto.
Kelmend cuenta ahora con 4.000 habitantes, frente a los 7.000 que vivían aquí durante el comunismo. Muchos han emigrado a Estados Unidos y sólo un 30 % de los jóvenes quiere quedarse aquí.
El maravilloso olor que desprenden la mantequilla, mishavina (queso de vaca u oveja curado), ferlik (cordero asado), kacimak (masa de patatas, harina de maíz y queso), el byrek me nene (empanada rellena de hierbas) no dejan indiferente a los visitantes.
Albania, un país mediterráneo de tres millones de habitantes, fue visitada el año pasado por 4,7 millones de turistas que aportaron a la pobre economía 1.500 millones de euros, el 7 % del Producto Interior Bruto.
Para impulsar el turismo, el Gobierno albanés ha reducido del 20 % al 6 % el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que se aplica en este sector.