El Parque Nacional Alerce Andino no es solo un lugar para disfrutar con bellos y amigables senderos que lo llevan por escenarios naturales majestuosos, sino que es además una de los principales refugios que van quedan en el territorio nacional de los bosques nativos de alerce, una especie de conífera reconocida por su lento crecimiento y calidad sin igual de su madera, condición que puso a este árbol en claro peligro de extensión.
Ubicada a poco más de 40 kilómetros de la ciudad de Puerto Montt, en la provincia de Llanquihue, esta reserva natural cubre cerca 40 mil hectáreas de bosques, 20 mil de ellas con floresta autóctona, y por donde se desparraman entretenidas rutas para recorrer estos parajes dominados por una vegetación generosa, numerosas caídas de agua y bellas lagunas.
De rápido y fácil acceso, el parque cuenta con rutas que varían en distancia y dificultad. Además tiene cuatro instalaciones de guardaparques para proporcionar la información necesaria para los turistas que llegan a la zona, calificada como ideal para los fanáticos del senderismo o trekking. Junto con esto, tiene tres refugios instalados precisamente para aquellos que desean internarse en sus imponentes bosques y cubrir todos los caminos.
Juan Pablo Ozaki, product manager Chile en COCHA, explica que con esta reserva natural ocurre una situación muy especial, ya que a pesar del papel que cumple en la protección de la citada conífera, es el parque “menos conocido en comparación con otros de la zona, como el Puyehue y Vicente Pérez Rosales”.
Al respecto dice no tener una explicación a esa situación, más aún cuando “tiene senderos muy amigables para grandes y chicos, es seguro y educativo, además de ser inclusivo. Cruzas cascadas, lagos y bosques de alerces magníficos. Es precioso”, sentencia el representante de la agencia de turismo.
El Parque Nacional Alerce Andino fue creado en 1982 y en su frontera norte se encuentra el hermoso lago Chapo. En sus cercanías además se hallan restaurantes donde se puede disfrutar de la mejor gastronomía de la zona con toda la influencia de la cultura mapuche.
Para quienes se animen a descubrir estos milenarios bosques la recomendación es visitarlo entre los meses de noviembre y marzo, cuando las condiciones climáticas son mucho más amigables y permiten un mejor disfrute de todas las bellezas de la zona.