Japón es uno de esos destinos que no deja de sorprender por la forma en que ha sabido combinar todo su desarrollo tecnológico con un potente pasado histórico, y si bien sus ciudades son cautivantes y destino obligado de millones de viajeros, también tiene escenarios naturales mágicos que sorprenden y ofrecen experiencias únicas para quienes los recorren.
Y si hablamos de destinos mágicos, a los pies del monte Arashiyama, en la ciudad de Kioto, se encuentra el parque que lleva el mismo nombre del macizo. Se trata de una reserva natural que alberga uno de los bosques más espectaculares del mundo, no solo por su bien cuidado entorno, sino por el relajante ruido que se genera con la ayuda del viento.
Se trata de los Jardines de Bambú de Arashiyama, un lugar que parece murmurar mientras la brisa marina golpea las copas de estas delgadas plantas que pueden superar los 20 metros de alto y que con su suave choque generan una “música” que hace bajar las pulsaciones y alcanzar un buen estado de relajación.
Lo cierto es que este jardín, que alberga cerca de 50 variedades de bambú, impacta todos los sentidos y no solo el auditivo. Ejemplo de esto son sus infinitas tonalidades de verde, que decoran el ambiente y hacen creer que se esta frente a una obra pictórica más que un parque para recorrer.
La reserva natural se encuentra a pocos kilómetros de Kioto y se puede llegar en tren o autobús. Es ideal para arrancar del tradicional ajetreo de la ciudad y no es raro que sea el destino preferido por quienes buscan quitarse el estrés de la vida moderna.
En COCHA comentan que es tal la belleza y sensación que genera este jardín que es visitado constantemente por turistas de todo el mundo.
Añaden que esta reserva “cuenta con 500 metros de sendero para recorrer; y aunque pueda parecer pequeño, el entorno es perfecto para perder la noción del tiempo y detenerse a disfrutar de las largas plantas meciéndose junto al viento. Realmente una experiencia hipnótica”.
Al interior del parque Arashiyama, además del jardín de Bambú, también es posible visitar el templo Tenryuji, considerado uno de los cinco más grandes y bellos de la prefectura.
Muy cerca de ahí se halla el jardín Kameyama, un lugar que también es utilizado por la población local para arrancar del ajetreo de la ciudad y de los turistas que visitan la zona. Sobresale por su hermoso estanque cruzado por un puente de madera y el templo Gio-ji que durante otoño ofrece escenarios increíbles gracias a su jardín de musgos y arces.
