Pony en una imagen de 2015.
Fundación para la Supervivencia del Orangután de Borneo / Captura
SANTIAGO.-
Encadenada a una pared y acostada sobre un colchón. Así fue encontrada en 2003
Pony, una orangutana de Borneo que fue rescatada de una realidad que resulta difícil de creer.
Cuando fue hallada, Pony
era mantenida como una esclava sexual en un burdel de Indonesia. La orangutana
era afeitada cada dos días, rociada con perfume y maquillada, todo con el objetivo de que trabajadores agrícolas
abusaran de ella a cambio de dinero.
"Cuando descubrí que
era usada para prostitución y no como mascota, estaba horrorizado (...) Quizás en mi ingenuidad
nunca pensé que era humanamente posible hacerle algo así a un animal", declaró a The Sun Lone Droscher-Nielson, uno de los conservacionistas que rescató a Pony, cuya historia resurgió esta semana en varios medios del mundo.
Según relató Michelle Desilets, directora de la Fundación para la Supervivencia del Orangután de Borneo,
los trabajadores agrícolas acudían al burdel especialmente por Pony.
"Podían elegir a un ser humano si lo preferían, pero
era una novedad para muchos hombres tener sexo con una orangutana", dijo Desilets a VICE en 2007.
Debido a la "popularidad" de Pony,
sus captores no querían dejarla ir y amenazaron con machetes a quienes acudieron a rescatarla. Finalmente,
con la ayuda de 35 policías armados, la orangutana pudo ser liberada.
Desde hace 15 años, Pony vive en el Centro de Rehabilitación de Nyaru Menteng, junto a otros siete orangutanes. Sus cuidadores
dicen que está sana, pero su proceso de recuperación fue lento.
"Pony ha pasado por un
largo proceso de rehabilitación para olvidar su terrible experiencia y recuperar su naturaleza salvaje, para convertirse en un verdadero orangután", sostuvo Monterado Fridman, coordinador de Educación y Comunicaciones del santuario.
Sin embargo,
lo más probable es que la orangutana nunca deje ese lugar, ya que fue arrebatada de los brazos de su madre cuando era muy pequeña y
no conoce su hábitat natural.
