Un tema del que se ha hablado mucho en los últimos días y que ha generado opiniones divididas, es el del
trabajo académico que se les envía a los
niños desde que se suspendieron las clases para prevenir la propagación del coronavirus.
La mayoría de los colegios ha tomado la estrategia de enviar actividades escolares como
guías, ejercicios y libros, para que los estudiantes continúen con lo planificado para este semestre en relación a los contenidos curriculares.
Sin embargo, varios expertos han llamado a los padres a
no bombardear a los hijos con estas tareas, sobre todo en un momento de incertidumbre que puede ser muy estresante para las familias y los niños.
Amanda Céspedes, destacada neurosiquiatra infantil, fue una de ellas, quien instó a los colegios a entender que será imposible poner al día a un estudiante durante las semanas que estén en sus casas.
Por otro lado, Claudia Figueroa, académica de la Universidad Andrés Bello y magíster en Desarrollo Cognitivo, señaló que para poder promover un aprendizaje significativo se debe "entender que este
depende de un sinfín de factores emocionales y contextuales".
"La situación de salud actual establece parámetros que no solo están fuera de nuestro control, sino que también impone un desafío al nuevo sistema establecido con las clases no presenciales y de autogestión", indicó Figueroa, agregando que "lamentablemente,
no hay aprendizaje escolar ni sistema que asegure, hoy por hoy, que los contenidos curriculares, así como se entregan se asentarán".
Por otro lado, la académica enfatizó en la importancia de preocuparse de la
salud mental de los pequeños en el complejo escenario, asegurando que "en las condiciones actuales, debemos -a mi juicio-
priorizar la salud emocional por sobre un aprendizaje que puede ser de baja calidad en nuestros niños", añadió.
Es por esto que entregó algunos consejos de cómo poder llevar de mejor forma este proceso en las familias con niños en edad escolar.
Recomendaciones
- Establecer pequeños
períodos de "ejecución de las tareas escolares" distribuidos en alguna de las jornadas del día. Por ejemplo, al levantarse mantener un par de horas de estas clases online.
- No es necesario que se haga todo. Hay varias casas en que, al ser varios hijos, el
computador deben usarlo en turnos para que todos accedan. En ese caso, entonces desarrollar un plan de uso que les permita a todo el acceso sin importar el logro, sino más bien mantener una rutina posible.
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Supervisar cómo va el avance, pero, sobre todo, conversar para saber
cómo se siente con este sistema nuevo, qué cree que puede mejorar y qué cree que ha hecho para hacerlo bien. Eso es más importante que tener todo terminado.
- Desarrollar más
actividades familiares que permitan la interacción. No solo actividades de entretención, sino que también
quehaceres cotidianos que involucran a todos. Esto es un aprendizaje muy necesario para cualquier niño y más a largo plazo que los contenidos curriculares, saber que él es importante en lo que puede hacer.
Por ejemplo,
regar las plantas, levantar la mesa, ordenar su pieza o hacer su cama. Implementar tareas de casa para todos. Esto es fundamental incluso al pensar en el aprendizaje escolar, pues el tener una tarea a cargo significa responsabilizarse y ejecutarla en independencia.
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Compartir para conocerse más. Si bien, creemos que el amor y la familia por solo existir y constituirse es suficiente, hay que tomar esta situación angustiante y agobiante como una posibilidad de mirarnos y reconocernos.
