Este
12 de mayo se celebra el
Día Internacional de la Enfermera, una fecha que aunque
se conmemora desde 1965, este año cobra especial relevancia por el
importante rol que han desempeñado en la pandemia de coronavirus.
De hecho, en el balance diario que realizan las autoridades de Salud, en el que se actualiza el número de contagios y los nuevos fallecimientos que se han registrado producto de la enfermedad, este martes
el ministro Jaime Mañalich dedicó especiales palabras para ellas.
"Un saludo cariñoso a todas las enfermeras y enfermeros de Chile (...) En el contexto de epidemia por covid,
lo que están haciendo por salir adelante en esta gran tarea, en este gran desafío -probablemente el más grande que en toda su vida profesional van a poder haber enfrentado-, y no nos cansamos de decirlo,
es extraordinariamente notable", señaló el secretario de Estado.
El Día de la Enfermera (o de la Enfermería)
recuerda el nacimiento de Florence Nightingale. La denominada
"Dama de la lámpara", nació en 1820 en una familia aristocrática adinerada en Italia, pero creció en Inglaterra, según recordó Time.
Durante su juventud
siempre se sintió atraída por ayudar a los pobres y enfermos, algo que en esa época
no era bien visto socialmente, ya que de las mujeres se esperaba que se casaran, tuvieran hijos y se dedicaran a su hogar.
De hecho, Florence
rechazó varias propuestas de matrimonio, logró estudiar artes y ciencias, y adquirió algo de experiencia en enfermería en una institución en Alemania.
En marzo de 1854, Gran Bretaña entró en la
Guerra de Crimea y el entonces ministro de Guerra, Sidney Herbert,
designó a Florence para dirigir a un contingente de 38 enfermeras voluntarias a un hospital militar ubicado en la actual Turquía.
El trabajo de las enfermeras debía enfocarse en atender a los heridos, pero la realidad con la que se encontraron fue otra: muchos soldados morían de enfermedades como el tifus o el cólera, y los hospitales estaban repletos de ratas y piojos.
"
Se quedó hasta el final y se aseguró de cuidar al soldado común, no solo al oficial", aseguró a Time David Green, director del Museo Florence Nightingale de Londres.
Pero,
¿por qué el apodo de "Dama de la lámpara"? Nightingale
solía controlar a los enfermos a la luz de una lámpara e incluso a nombre de ellos escribía cartas a sus familiares. Era
muy compasiva, sostuvo Green, y tenía un
claro sentido del deber hacia sus pacientes.
Valioso legado
El trabajo de
Florence impulsó muchas mejoras en el área de la salud, como por ejemplo el saneamiento y la higiene en los hospitales, o el enfatizar en el lavado de manos con agua y jabón tan importante en estos días.
Florence volvió a Gran Bretaña en 1856 y se dedicó a
lograr que la enfermería fuera considerada como una profesión de respeto. Tres años después
publicó "Notas sobre enfermería", un libro escrito en lenguaje sencillo destinado a las mujeres que amamantan en el hogar.
En 1860
estableció una escuela de formación para enfermeras. Compartió sus conocimientos con hospitales de todo el mundo. Asimismo,
fue pionera en el uso de representaciones visuales para entregar información y estadísticas.
En 1883 la reina Victoria le otorgó la Real Cruz Roja y en 1907 se convirtió en la primera mujer en recibir la Orden del Mérito.
"La Dama de la lámpara"
falleció mientras dormía el 13 de agosto de 1910. Sus restos están sepultados en el cementerio de la Iglesia de St. Margaret, en Hampshire.
"
Cuando nació, no había anestesia ni antisepsia, apenas un termómetro, ni oxígeno, intravenosas ni antibióticos. El mejor cirujano era quien podía amputar una pierna en menos de 90 segundos. La apendicitis a menudo significaba la muerte", escribió en 2014 Victoria Sweet en un artículo titulado "Mucho más que una dama con una lámpara" publicado en The New York Times.
"
Cuando murió, había teoría de los gérmenes, el laboratorio y las vacunas contra el cólera, la fiebre tifoidea y la peste. Entonces ella
vivió una revolución en el cuidado de la salud", agregó.