El organismo de las Naciones Unidas parte describiendo dos síntomas de ansiedad cuando se produce una separación o los niños se enfrentan a situaciones nuevas: el llanto y un mayor apego, enfatizando en que es una etapa común en su desarrollo. Esta expresión se podría observar también en los escolares de más edad, debido al estrés e incertidumbre que genera la pandemia.
El primer consejo que entrega la Unicef es escuchar y tomar en serio las preocupaciones e inquietudes de los niños ante este cambio. Sugieren" jugar a representar la forma en que será la vuelta a la escuela" o "pedirles que hagan un dibujo sobre las etapas del proceso", en el que se incluya el momento en que los padres o tutores los recogen.
Como una forma de evitar que las despedidas sean difíciles para los niños, la entidad le recomienda siete medidas a los padres: intentar que sean positivas; que expliquen de forma clara por qué se van; recordarles que volverán por ellos; que avisen cuando se estén yendo; que no muestren dudas al marcharse; que no regresen antes de la hora prevista; y que sigan la misma rutina cada vez que los dejen.
La entidad es enfática en recordar que hay niños y niñas que se pueden sentir nerviosos o reacios al volver, sobre todo cuando han estado meses en casa. Para ayudarlos a sentirse tranquilos, recomiendan que los padres les anticipen "que es muy posible que se hayan producido ciertos cambios" y les ofrezcan la opción de un ingreso gradual.
Otra recomendación es estudiar las nuevas normas de la escuela y repasarlas con los hijos. Por ejemplo, explicarle algunos cambios que podrá encontrar, como la necesidad de llevar algún tipo de protección o tomar distancia.
Una forma de ayudarlos a entender estas medidas, es explicándole para qué se han establecido, enfatizando que es para cuidar la salud de toda la comunidad estudiantil y recordándoles que ellos "también pueden ayudar a impedir la transmisión de gérmenes lavándose las manos con jabón y tosiendo o estornudando con el codo".
A los niños les puede resultar difícil mantener la distancia física con sus amigos y profesores, por lo que la Unicef sugiere que se les anime "a pensar en otras formas de establecer vínculos y seguir conectados con ellos".
Es probable que algunos cursos se reorganicen y los hijos no queden en el mismo grupo que sus compañeros más cercanos. La Unicef dice que -siempre que se haga en condiciones de seguridad y bajo supervisión- las plataformas digitales, las redes sociales, los videojuegos y los programas de videoconferencia "pueden ofrecerles a los niños excelentes oportunidades para mantener el contacto, para aprender y para jugar con sus amigos".
A raíz de la desinformación que se ha compartido sobre el covid-19, es motivo de preocupación el posible aumento de casos de estigmatización y acoso. "Deberías explicarles a tus hijos que el virus no tiene nada que ver con el aspecto, el origen o el idioma de una persona", sostiene la Unicef, aparte de motivar a los padres a recordarles "que todo el mundo merece estar a salvo en la escuela y en internet".
La Unicef también hace un llamado a que los papás y tutores mantengan la calma. Esto debido a que los niños están pendientes del comportamiento de los adultos, y una forma de relajarlos o hacerlos sentir seguros es demostrando esa actitud.
Hay que tener en cuenta que las emociones de los niños pueden cambiar, y los padres deben decirle que se trata de una situación normal y que es común sentirse agobiado. "En cuanto a la forma de comprobar cómo se encuentra tu hijo, depende en gran medida de él. Si tu hijo es reservado, puedes preguntarle ‘¿Cómo estás?’. Otros niños pueden ser más directos a la hora de revelar sus sentimientos", explican.
La pandemia del covid-19 no ha parado, cada día nos seguimos adaptando y las medidas de prevención pueden retroceder como avanzar. Es por ello que la Unicef recalca en preparar a los niños, hablándoles "con antelación de la posibilidad de que las escuelas tengan que cerrar de nuevo" y que la educación se puede dar tanto en las casas como en los colegios.