El pasado 2 de agosto, afganas participaron en una reunión en Kabul, contra las violaciones de derechos humanos de las mujeres por parte del régimen talibán.
AFP
"
Todavía no puedo creer que esto haya sucedido (...) Por favor, recen por nosotros. Se lo vuelvo a pedir: gente de este gran mundo, por favor, no se queden callados, vienen a matarnos", dijo entre lágrimas la
cineasta afgana Sahraa Karimi, en un video que compartió en su cuenta de Twitter luego de que los talibanes llegaran el domingo hasta Kabul y tomaran la ciudad.
La caótica situación que vive el país asiático es observada con atención por todo el mundo, con
especial preocupación por lo que ocurrirá con las mujeres, quienes durante las últimas dos décadas han alcanzado muchos derechos cuya pérdida representaría uno de los peores retrocesos para esa nación.
Este lunes,
las calles de Kabul amanecieron casi vacías de mujeres, particularmente empleadas de oficinas y estudiantes universitarias que
se quedaron en sus casas por temor al régimen talibán, recordado por la brutalidad de sus castigos y la opresión de las mujeres, quienes solo están autorizadas a salir a las calles acompañadas por un familiar hombre.
"Espero que los talibanes permitan que las mujeres trabajen, asistan a la universidad y no les impongan el burka", dijo a EFE Hamida, una mujer de 40 años, que salió para ir al hospital, cubierta con un velo negro que solo dejaba ver sus ojos.
A pesar de que
los talibanes aseguraron que mantendrán todo lo alcanzado por las mujeres, el secretario general de la ONU, António Guterres, se manifestó el domingo "especialmente preocupado" por el tema y llamó a proteger los derechos "conseguidos con esfuerzo".
Los talibanes podrían volver a obligar a las mujeres a usar el burka. Crédito: EFE."Los talibanes son como animales"
"No tengo un buen presentimientos sobre ellos.
Nadie puede cambiar la posición del Talibán contra las mujeres y niñas; ellos aún quieren que las mujeres se queden en casa". Las palabras son de una licenciada universitaria de 25 años que trabaja para una organización no gubernamental local en Herat, ciudad que fue capturada por los talibanes la semana pasada.
La mujer, que habló con AP y pidió el anonimato por temor a sufrir represalias, iba a empezar una maestría en la universidad local, donde las mujeres representan más de la mitad del alumnado. Sin embargo,
ahora sus planes están pausados.
"No quieren que seamos independientes, nos van a matar si salimos solas a la calle, o a tirarnos ácido".
Khadija, afgana de 23 años
Mañana ya no iré a la universidad.
Los talibanes son como animales, no entienden el Corán. Para ellos las mujeres no deberían educarse.
Se acabó todo para nosotras", señaló por su parte Khadija, una mujer de 23 años que reside en Kabul.
En contacto telefónico con EFE, Khadija explicó que su marido le sugirió no ir a la universidad, ya que grupos de talibanes patrullan las calles y
ahora corre peligro caminando sola por la ciudad.
"Ya anunciaron que las mujeres mayores de 15 años deben casarse.
No quieren que seamos independientes, nos van a matar si salimos solas a la calle, o a tirarnos ácido en la calle", afirmó la mujer.
"Queremos abandonar Afganistán, pero no podemos. Esto es horrible", agregó Khadija.
El peor país para las mujeres
Durante el anterior régimen talibán (1996-2001), uno de sus portavoces llegó a declarar que
"la cara de una mujer es una fuente de corrupción".
Un estudio de ONU Mujeres denomina la segregación sistemática de la sociedad afgana aquellos años, como un
"apartheid de género", pues a partir de los 8 años
las mujeres no podían trabajar, estudiar o salir al balcón de su casa sin un hombre. Tampoco debían hablar en voz alta o reír en la calle, ya que ningún extraño debía escuchar su voz.
"Ninguna mujer en el mundo merece vivir encerrada y amenazada".
Mina, afgana residente en España
Afganistán ya era en 2011 el peor país donde una mujer podía vivir, según una encuesta de la fundación Thomson Reuters, y
ahora todo indica que la situación para ellas solo va a empeorar.
"No es retroceder unos años, es volver a la edad media", aseguró con firmeza Mina, cuñada de Khadija, quien desde los 7 años vive en España. Estudió turismo en la universidad, no lleva velo islámico y se casó libremente con su marido en 2019.
"Ninguna mujer en el mundo merece vivir encerrada y amenazada. Con los talibanes, no podrán usar el celular, tener Facebook o salir con las amigas por la ciudad", agregó Mina.
En tanto, Khadija cree que a partir de ahora ninguna mujer podrá elegir su vida. Opina que la mayoría de los talibanes tiene "delirios y problemas mentales", y "no entiende lo que es Afganistán, muchos ni siquiera son de aquí", concluyó.