Gerónimo junto a Helen Macdonald, su dueña.
AP
La Justicia británica rechazó el miércoles el último recurso de una criadora para salvar a su alpaca Gerónimo, que padece tuberculosis bovina, condenando al sacrificio a este animal que sacó a los británicos a la calle.
Durante su importación desde su Nueva Zelanda natal hace cuatro años,
se le hicieron cuatro test cutáneos a esta alpaca de pelo negro,
negativos para tuberculosis bovina.
Pero
en el Reino Unido se le hicieron dos test sanguíneos y otro cutáneo que dieron positivos, lo que llevó a las autoridades a exigir su sacrificio.
Su propietaria, Helen Macdonald, habló de falsos positivos y pidió una nueva prueba, algo que el Tribunal Superior de Londres rechazó a principios de agosto.
Ante la
petición urgente para suspender la orden de sacrificio, la jueza Mary Stacey consideró el miércoles que no había "ninguna oportunidad" de que su propietaria consiguiera reabrir el asunto, lo que
cerró el casocondenando a la alpaca.
"Conscientes de la situación" de Helen Macdonald, las autoridades sanitarias presentes en el tribunal precisaron que
Gerónimo no será sacrificado hoy, dejando algo de tiempo a su propietaria.
El destino de la alpaca suscitó vivas emociones en el Reino Unido, llegando a convocarse una manifestación frente a Downing Street, residencia del primer ministro Boris Johnson.
Más de 130.000 personas firmaron una petición pidiendo salvar a Gerónimo, que incluso tuvo el apoyo público del padre del Primer Ministro, Boris Johnson.