The Washington Post / Captura
La muerte de una pareja de excursionistas, su hija de un año y su perro, que fueron encontrados sin vida la semana pasada en el norte de California,
ha sido calificada como un misterio, ya que los fallecidos no tenían golpes o mordeduras, así como tampoco signos aparentes de envenenamiento o enfermedad.
La niñera de la pequeña, preocupada porque la casa estaba desocupada, dio la alarma el 16 de agosto. La policía encontró rápidamente su vehículo en el inicio de una ruta de senderismo cercana en el Bosque Nacional de la Sierra, no muy lejos del famoso Parque de Yosemite.
Nueve horas después y a poco más de dos kilómetros de distancia, los equipos de rescate localizaron a John Gerrish, de 45 años, su esposa Ellen Chung, de 31, su hija de un año, Miju, y Oski, su perro, en una zona remota conocida como Devil's Gulch (Barranco del diablo).
Según el San Francisco Chronicle, el hombre estaba sentado junto a su hija y el perro, mientras que la madre estaba más arriba.
"En la escena todo el mundo está muerto. No hay heridas de bala, ni frasco de medicina, ni una sola pista. Es un gran misterio", dijo el sheriff del condado de Mariposa, Jeremy Briese, al periódico.
Según los medios de comunicación estadounidenses, las autopsias de la familia no revelaron nada concluyente.
"Es tan trágico y misterioso", sostuvo Steven Jeffe, un amigo cercano de la familia, a The Washington Post.
Se ha evaluado la posibilidad de que estuvieran deshidratados, ya que el termómetro alcanzó un máximo de casi 43°C el día de su muerte, pero esto parece poco probable, ya que los paramédicos confirmaron que llevaban agua.
Los investigadores intentan determinar si las víctimas murieron envenenadas, ya sea por el monóxido de carbono emanado de un pozo minero en desuso o por las toxinas liberadas por las "algas azules" que crecen en el río Merced, cercano al lugar.
Estas cianobacterias pueden desarrollarse en entornos acuáticos desequilibrados por altas concentraciones de nitrógeno y fósforo, a menudo bajo el efecto del calor.
No obstante, según David Caron, profesor de ciencias biológicas en la Universidad del Sur de California, si bien las bacterias de agua dulce son una amenaza para las personas y los animales, se necesitarían altas concentraciones para matar rápidamente.
"Puede que sea la causa", sostuvo el especialista, aunque agregó que para confirmarlo es necesario hacer un exhaustivo estudio forense.