Kei Komuro realizó este lunes una visita de cortesía a los padres de su novia, la princesa Mako de Japón, tras su llegada desde EE.UU. a fines de septiembre y con motivo del mediático matrimonio que se celebrará el próximo día 26.
Después de tres años sin verse, la pareja se reunió esta mañana en la residencia familiar de Akasaka, en Tokio, junto al príncipe Fumihito y la princesa Kiko, padres de Mako, en vistas a los planes de boda por el civil, tras haberse pospuesto el enlace en 2018, según informaron hoy los medios locales.
Kei Komuro, de 30 años,
regresó a Japón luego de haber completado sus estudios universitarios en los EE.UU., con el objetivo de celebrar el enlace con su prometida Mako, de 29 años, y sobrina del emperador Naruhito de Japón.
En 2018, el anuncio de su compromiso se vio envuelto en un gran revuelo, por una supuesta disputa financiera que afectaba a la familia del prometido y la controversia acabó retrasando en varias ocasiones el enlace.
Mako se convertirá el próximo 26 de octubre en la
primera princesa del Japón de posguerra que rompe la tradición, casándose por el civil sin ceremonia formal en la Familia Imperial, y renunciando a la dotación de 150 millones de yenes (1,13 millones de euros) que se concede a las mujeres de la Familia Imperial al contraer matrimonio y abandonar la institución.
La pareja planea celebrar una rueda de prensa tras el enlace y trasladarse a EE.UU. para comenzar su vida en común.
