Cuatro niños murieron y otros cinco resultaron heridos el jueves tras caer de un castillo inflable al que una ráfaga de viento elevó 10 metros en el aire en una escuela de la isla australiana de Tasmania.
El recinto celebraba el final del curso escolar. "Estos niños estaban celebrando su último día de escuela, en lugar de eso, todos estamos de luto por su pérdida", dijo a los medios el comisionado de policía de Tasmania, Darren Hine.
Los fallecidos, dos niños y dos niñas, eran de sexto curso, de modo que tendrían 10 u 11 años, según Hine. Cinco niños estaban en el hospital, cuatro de ellos en estado crítico, mientras que el otro sufre lesiones severas. Hay una investigación abierta sobre el accidente, dijo Hine.
Imágenes de la Australian Broacasting Corporation mostraban a agentes de policía consolando a otros compañeros, mientras los paramédicos prestaban primeros auxilios a las víctimas.
Los padres llegaron a la escuela para recoger a sus hijos, mientras helicópteros llevaban a los heridos a hospitales.
El Primer Ministro del estado de Tasmania, Peter Gutwein, describió el incidente como "simplemente inconcebible (...) Sé que esta es una comunidad fuerte y preocupada que se mantendrá unida y se prestará apoyo".
Por su parte, el Primer Ministro australiano, Scott Morrison, envió sus condolencias a los familiares de las víctimas y dijo que estaba "destrozado por esta tragedia inimaginable", en declaraciones a los medios locales.
La comandante de policía de Tasmania, Debbie Williams, explicó a la prensa que "varios niños cayeron del castillo. Parece que podrían haber caído de una altura de aproximadamente 10 metros". El hecho habría ocurrido alrededor de las 10:00 horas locales y no se ha confirmado qué se usó para anclar el castillo al suelo.
"Este es un suceso muy trágico, y nuestros pensamientos están con las familias y la comunidad escolar y también nuestros trabajadores de emergencias", dijo Williams.