LOS ANGELES, EE.UU.- El objetivo soñado por Los Angeles Lakers al comienzo de temporada de lograr el título de campeones de liga comenzaron a sentirlo después de la exhibición que dio el pívot Shaquille O'Neal frente a los Pacers de Indiana en el primer partido de las Finales de la NBA, con triunfo para los dueños de casa por 104-87.
Para nadie de los Pacers, incluido su entrenador Larry Bird, era un secreto que su homólogo de los Lakers, Phil Jackson, no iba a tener más estrategia que la darle todos los balones a O'Neal para que se cansase de anotar puntos y eso fue todo lo que sucedió en el campo del Staples Center.
Los Pacers, a diferencia de los Trail Blazers de Portland, que, según los comentaristas fueron mejor equipo que los Lakers como conjunto, se vieron incapaces ante la montaña de hombre que es O'Neal.
No hubo otra historia nada más que ver como O'Neal se burlaba de la defensa de los Pacers una y otra vez para terminar el partido con 43 puntos, a sólo tres de su mejor marca en las Finales, que logró en 1995 frente a los Rockets de Houston, 19 rebotes, cuatro asistencias y tres tapones en el marcador final.
El Jugador Más Valioso (MVP) de la liga, que no lo fue en la eliminatoria de las Finales de la Federación Oeste contra los Trail Blazers, anotó un total de 35 puntos en los dos últimos partidos.
Pero si O'Neal estuvo imparable, los Lakers también recibieron el apoyo suficiente del escolta Kob Bryant, que anotó 14 puntos; Ron Harper (12) y Rick Fox (11) y ahí se acabó la suerte para los Pacers.
El equipo de Indiana también perdió porque su jugador estrella, el escolta Reggie Miller se fue al banquillo con 15 fallos en 16 tiros de campo, incluidos 0-7 en la primera mitad.
