MONTEVIDEO.- El fútbol uruguayo se paralizó desde este viernes, y por tiempo indeterminado, en protesta por la agresión a la madre del árbitro internacional Gustavo Méndez, hecho que provocó alarma y preocupación.
Aunque el torneo de Clausura empieza recién el 1 de julio, la medida afecta a las divisiones juveniles e incluso a la despedida de Carlos Aguilera -a la que asistirá Maradona- ya que uno de los tres árbitros designados para el partido anunció que no actuará, en solidaridad con su colega.
La madre de Gustavo Méndez, de 58 años, fue abordada el jueves de noche por dos hombres que viajaban en una moto, quienes la tomaron por el cuello, la arrinconaron contra las rejas de su domicilio y le advirtieron que la matarían si su hijo no se calla la boca.
Este hecho se suma a las amenazas telefónicas recibidas por el árbitro internacional Daniel Bello, que actuó en el "superclásico" del fútbol uruguayo, el 11 de junio pasado.
Gustavo Méndez fue el primero que salió en defensa de Bello y repudió públicamente las amenazas.
Inmediatamente la madre de Méndez recibió también llamadas telefónicas anónimas y anoche la agredieron en su casa, provocándole algunas lesiones, aunque ninguna de gravedad.
Las máximas autoridades del fútbol uruguayo se reunirán hoy con los presidentes de todos los clubes de Primera División para resolver qué medidas se adoptarán ante el creciente clima de violencia que rodea al fútbol local.
