ROMA/SANTIAGO.- A uno le pueden decir cabezón y es un piropo. A Oscar Ruggeri, el tremendo defensa argentino que no dejó pasar ni el viento durante el Mundial de México '86, lo apodan así y es un halago.
A Einstein también se lo dijeron. Y era un honor.
Pero a veces no es la manera, digamos, más diplomática para referirse a una persona. Y Marcelo Salas lo sabe.
La teleserie del traspaso del delantero chileno desde la romana Lazio al Parma elevó el rating de una nueva versión de "Viva El Lunes", el programa de entretención más visto de la televisión chilena.
En cuerpo presente, un elegante Salas admitió que toda negociación pasa por su visto bueno, considerando que él tiene contrato vigente con el club romano, por lo que él no piensa sacarse la camiseta celeste.
"Estoy muy cómodo en Roma, es una linda ciudad. Además, mi hija Camila está muy chica como para ir a una ciudad tan fría como Parma, y no sé si a mi señora le agradaría dejar la capital. Como depende de mí, no creo que me vaya de la Lazio. En realidad, no quiero", dijo el delantero de la selección chilena, y goleador del actual campeón italiano.
A su llegada a Roma, su empresario, Gustavo Mascardi, confirmó que Salas no ha aceptado la oferta de Parma -que lo incluye en una permuta para llevar al argentino Hernán Crespo a la Lazio-, pese a que el miércoles pasado el presidente del elenco romano, Sergio Cragnotti, había dado ya por seguro el fichaje de Hernán Crespo e incluso llegó a decir que esta semana el jugador argentino iba a suscribir contrato con el Lazio hasta el 30 de junio del año 2005.
Sin embargo, según Mascardi, "es difícil convencer a un jugador testarudo como Marcelo Salas a aceptar Parma".
"Salas es tan cabezón que incluso ha rechazado el Chelsea. Es una persona luchadora y difícilmente acepta la idea de abandonar Roma. En cualquier caso se pueden estudiar otras soluciones", indicó Mascardi, quien dejó abierta la posibilidad de que el Lazio dé al Parma al portugués Sergio Conceicao, a quien el club emiliano deseaba inicialmente meter en la "operación Crespo", pero a lo que se negó la entidad romana.
