SYDNEY.- Oceanía no se ha creado enemigos, dijo Charles Dempsey, presidente de la Confederación de Fútbol de Oceanía (OFC), con lo que justificó su decisión de no votar en el último sufragio de la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA), para decidir si Sudáfrica o Alemania organizarían la Copa del Mundo de 2006.
Como resultado del abstención de Dempsey, cuando las directivas de la OFC eran las de apoyar a Africa del Sur, Alemania logró el derecho a organizar el Mundial de 2006, al adjudicarse la votación final, 12-11.
Un empate hubiera obligado al presidente de FIFA, Sepp Blatter, a desempatar la votación, y es sabido que su decisión habría favorecido a la candidatura de Sudáfrica.
La decisión de Dempsey ha sido duramente criticada por políticos, dirigentes del fútbol de esta zona, y los medios de prensa.
Durante la conferencia de prensa ofrecida por Dempsey, y a instancias de su abogado Peter Clapshaw, el dirigente no aclaró demasiadas cosas al contestar las preguntas de la prensa.
Dempsey dijo que optó por no votar en el mejor interés del fútbol y de la OFC. "Si hubiera votado de una manera u otra, la decisión habría significado crearse enemigos para Oceanía con FIFA".
"De esta forma Oceanía no se creó enemigos. No los quise crear para una confederación tan joven como la nuestra. Todavía tenemos un largo camino que recorrer y muchos obstáculos por salvar", destacó Dempsey.
En un comunicado de prensa previamente preparado, Dempsey manifestó que estuvo bajo una presión intolerable, siendo constantemente abordado por personas involucradas en la candidaturas, recibiendo llamadas telefónicas, tarde, por las noches -una de ellas amenazante- después de que se corrieran rumores que había aceptado sobornos.
"También se me puso en claro, por parte de intereses europeos muy influyentes, que si votaba en favor de Sudáfrica, dicha decisión tendría un efecto adverso para el OFC en FIFA", agregó Dempsey, aunque se rehusó a revelar que intereses eran.
"Todo ello provino de gente con muchos interés en lo que estaba sucediendo. Ustedes tendrían que haber estado allí para ver la locura que reinaba, y la forma en que todo el mundo 'comerciaba' para obtener votos", expresó Dempsey.
El presidente de la OFC describió la noche anterior al sufragio como una "pesadilla".
A su vez, Dempsey dio a conocer una carta del vicepresidente de FIFA, David Will, quien le escribió a la OFC señalando que estaba "consternado" por la forma en que fue tratado Dempsey después de su abstención.
"Quiero destacar que Charles Dempsey me telefoneó tres veces, entre las 17.00 y las 19.00 horas del jueves 6 de junio para comunicarme que había recibido una serie de llamadas telefónicas presionándolo para votar de una u otra forma, incluyendo una del ex Presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela", expresó la carta.
"Dempsey sintió que su posición estaba siendo comprometida y que, de la forma que votara, su integridad personal iba a ser atacada y cuestionada por el lado perdedor", añadió Will.
Will agregó que Dempsey había declarado, antes de que comenzara la votación inicial, que apoyaría la candidatura de Inglaterra, y que si este país era eliminado, se abstendría de votar en la segunda ronda.
Por otra parte, una vez que Dempsey comenzara a ser presionado durante la reunión de FIFA en Zurich, la secretaria general de la OFC e hija del presidente de esta confederación, Josephine King, contactó a 10 de los 11 miembros de Oceanía.
King dijo hoy que seis de dichos miembros le dieron a Dempsey la libertad para votar como deseara.
La hija de Dempsey declinó revelar cuáles eran los seis miembros que habían cambiado su posición, diciendo que necesitaba contactarlos a ellos primero para ver si podía dar sus nombres.
