NUEVA YORK.- De igual a igual, Agassi no tiene por dónde perder con Clement. Da esa impresión de que podría jugar mil partidos y el francés ni cerca de amagar, pero esta vez fue una de esas veces en que Agassi nunca entró a la cancha.
Fríamente, el estadounidense perdió demasiado temprano su opción de revalidar el título conseguido el año pasado en estas canchas (incluso, ahora corre serio riesgo de perder el número uno de aquí a fin de año), en manos del francés Arnaud Clement, por 6-3, 6-2 y 6-4, en una hora y 42 minutos de juego.
Sin embargo, la imagen perdida del estadounidense grafica perfectamente que jamás entró a la cancha. En la víspera, su entrenador, Brad Gilbert, había fustigado la entrevista emitida el miércoles por la televisión local en que una periodista terminó sacándole a Agassi la confesión de que su madre y su hermana padecían de cáncer.
Ese fue el Agassi que entró a la cancha. Desanimado, con la vista perdida, un boxeador al borde del nocáut, una raqueta inservible en la mano. El estaba lejos, con un dolor parecido al del '97 cuando muchos los enterraron en el circuito.
Pocas veces el cáncer había sido contagioso.