MONTEVIDEO.- El Tribunal de Penas de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) responsabilizó a Peñarol y Nacional de la gresca generalizada que se produjo el 26 de noviembre al término del "superclásico" por el torneo Clausura y promulgó hoy nuevas sanciones.
El fallo, que era esperado con gran expectativa debido a que hoy vuelven a enfrentarse los dos equipos en la primera final por el título de campeón uruguayo, se conoció en la madrugada de este jueves y dispone penas para jugadores, el entrenador de Peñarol y las hinchadas de los dos equipos.
A las instituciones se les impone una multa de unos 5.000 dólares y a los socios de cada una de ellas se les sanciona con la pérdida, por tres fechas, de los derechos que confieren la calidad de locatarios.
El delantero de Nacional Richard Morales recibió la pena más alta, tres partidos de suspensión, mientras que no jugarán por dos partidos Luciano "Cafú" Barbosa, Fabián Césaro, Gabriel Cedrés, José Enrique De los Santos, Martín García, Federico Elduayen, Luis Romero y Darío Rodríguez, de Peñarol, y Gustavo Munúa, Mario Regueiro y Marco Vanzini, de Nacional.
Con un partido fueron suspendidos Jorge "Jorgeao" Da Costa, Martín Del Campo y Alejandro Lembo, de Nacional, más Marcelo De Souza y José Franco, de Peñarol. El entrenador de Peñarol, Julio Ribas, también fue suspendido por tres partidos.
Además, el Tribunal de Penas dispuso el cese de la suspensión preventiva recaída sobre el argentino Pablo Islas, al comprobarse que ingresó al campo de juego, en medio de la riña, pero con claras intenciones de separar.
El único jugador que recibió sanción sin haber sido suspendido preventivamente fue el arquero tricolor Gustavo Munúa, quien deberá purgar una suspensión de dos partidos, por lo cual quedará fuera de las finales, que se juegan hoy y el domingo.
Además de estas medidas, poco después del partido que se jugó el domingo 26 en Montevideo, la Justicia uruguaya procesó a tres futbolistas de Nacional, seis de Peñarol y el entrenador de este equipo, quienes estuvieron nueve días en la cárcel central de Montevideo y a que fueron condenados a realizar trabajos comunitarios durante sesenta días.
