BARCELONA.- Una vez concluido un nuevo capítulo del sometimiento que los vehículos franceses de Peugeot y Citroen han llevado a cabo a sus rivales en los últimos rallys, Ford y Subaru, los grandes perjudicados, adquieren ahora el protagonismo a las puertas del Rally de Chipre.
Abandonado el asfalto, donde sobre todo Peugeot cuenta con una clara ventaja mecánica y técnica respecto a sus competidores, la tierra regresa al mundial y con ella la posibilidad de que las clasificaciones de marcas y pilotos tengan más pilotos que opten al triunfo.
Desaparecido el rally de tierra de Portugal, que en las últimas ediciones precedía al de Cataluña, la prueba chipriota, quinta del calendario mundial, es la primera en la que la tierra estará presente en toda la carrera.
Ante este panorama, y después de su enésimo fracaso en el Rally de Cataluña, el piloto madrileño Carlos Sainz (Ford Focus RS WRC) partirá con todas las opciones a su favor, igual que su compañero, el británico Colin McRae. De hecho, los dos pilotos son los ganadores de las dos últimas pruebas de la prueba chipriota.
Sainz lo fue en el año 2000 y desde entonces el piloto español no ha vuelto a subir a lo más alto del podio (en las últimas tres temporadas éste ha sido su único triunfo). Este año, no obstante, en Montecarlo y Suecia sumó cuatro puntos por sendos terceros puestos en las carreras citadas.
Por lo tanto, Sainz saldrá en Chipre en busca de un triunfo que se le resiste y con el que pueda elevar el ánimo de Ford, después de que este año el equipo británico apenas haya tenido protagonismo en el mundial.
Subaru (Tommi Makinen) se llevó el triunfo en Montecarlo después de que al francés Sébastien Loeb (Citroen) le aplicasen una penalización; y Peugeot consiguió el triunfo y segunda posición en Suecia, Córcega y Cataluña, además de la tercera posición en la isla francesa.
No es de extrañar, por lo tanto, que en Ford se espere el Rally de Chipre como agua de mayo, ya que por primera vez esta temporada partirá como claro favorito para sumar puntos en el mundial de marcas, donde Ford empieza a perder fuelle en beneficio de Peugeot, debido, sobre todo, a que la marca francesa ha conseguido las dos máximas puntuaciones (dieciséis unidades) en las dos últimas carreras, tras acabar sus pilotos en primera y segunda posición.
La interrogante en la prueba de la isla mediterránea se centrará en si Peugeot ha mejorado sus vehículos para que sean competitivos también en tierra, después de que se hayan mostrado intratables en grava, asfalto, nieve y barro.
Hasta junio, Peugeot no tiene intención de sacar la nueva evolución del 206 y para entonces las citas de Chipre, Argentina y Grecia podrían haber dado mayor protagonismo tanto a Ford como a Subaru.
La confianza de Peugeot se centrará en la labor del vigente campeón del mundo, el británico Richard Burns, uno de los pilotos de mayor progresión en el concierto, debido a que en su etapa con Subaru el rally chipriota se le dio muy bien.
Si las circunstancias del Rally de Chipre son similares a los últimos años, cabe esperar que el gran rival de Ford sea Subaru, marca que también monta Pirelli, los cuales responden a la perfección en tierra con las suspensiones instaladas de los Impreza.
La marca asiática desea volver a repetir podio como lo hiciese en Montecerlo con su estrella, el finlandés Tommi Makinen, cuatro veces campeón del mundo y considerado uno de los mejores pilotos que ha dado el mundial.
Junto a Makinen, Subaru cuenta con otra interesante alternativa, como es el noruego Petter Solberg, tercero en Cataluña, y único piloto que fue capaz de presentar batalla a los Peugeot y Citroen.
