PARIS.- Cuando Juan Carlos Ferrero se convirtió en el héroe del título español de Copa Davis en 2000, el tenis nacional depositó en él sus mayores expectativas. Mañana, cuando se enfrente a su compatriota Albert Costa en la final de Roland Garros, tiene la posibilidad de cumplirlas.
Con 22 años y una mentalidad netamente ganadora, Ferrero es el tercer español más joven en aparecer en una final de Grand Slam, después de Carlos Moyá, que con 20 años disputó la del Abierto de Australia en 1997, y Alberto Berasategui, quien también con 20 perdió ante su compatriota Sergi Bruguera en 1994.
El valenciano ha ganado seis títulos ATP, cuatro de ellos -Dubai, Estoril, Barcelona y el Masters de Roma- en 2001, y llegó a las semifinales de Roland Garros en sus dos ediciones anteriores.
Ferrero comenzó a jugar al tenis a los siete años junto a su padre, Eduardo, que siempre lo acompaña en sus giras. Se le conoce también como "El Mosquito" por su delgadez y su velocidad en la pista. Fanático del Real Madrid, asegura inspirarse para jugar en la figura de su madre, Rosario, que murió cuando él tenía 17 años.
En octubre de 2001 abrió su propia escuela de tenis en su localidad natal de Onteniente, en Valencia, para promover talentos tenísticos de 14 a 21 años. Es entrenado por Antonio Martínez Cascales desde 1989, y por Samuel López.
