NUEVA YORK.- André Agassi-Pete Sampras es la final soñada por unos estadounidenses más patriotas que nunca cuando se acerca el primer aniversario de los atentados del 11 de septiembre. Para ello, deberán ganar el sábado en semifinales al australiano Lleyton Hewitt y al holandés Sjeng Schalken, respectivamente.
Agassi, dos veces ganador en el US Open, tiene una empresa más difícil contra Hewitt, número uno del mundo y vencedor en Flushing Meadows en 2001, que Sampras, con cuatro títulos del torneo a su haber, quien se enfrenta a Schalken, que debuta como semifinalistas de un Grand Slam.
Lleyton Hewitt y André Agassi, que sólo ha perdido un set en el US Open, juegan una semifinal con sabor a final. Han pasado cuatro años desde que se enfrentaron la primera vez, cuando el australiano tenía 16 años y sujetaba sus pantalones con un "imperdible".
Hewitt batió a Agassi en aquel partido y ganó después en su casa su primer título de la ATP. Después se han medido en otras cinco ocasiones y el estadounidense sólo ha ganado dos. El australiano batió al "Kid de Las Vegas" dos veces esta temporada, en la final de San José (California) y en cuartos de Cincinnati.
Agassi, 32 años, contará con el lógico apoyo del público frente a un Hewitt de 21 al que los aficionados estadounidense todavía no han perdonado los términos presuntamente racistas que empleó contra el jugador norteamericano de color James Blake en el US Open del pasado año.
Agassi sabe que el apoyo del público no será suficiente para ganar. "Es el número uno del mundo desde hace casi un año. Te hace jugar buen tenis y emplearte a fondo en el partido. Hay que jugar extremadamente bien para batirle. Es muy disciplinado. Toma buenas decisiones y se mueve muy bien. Estas son sus dos mejores virtudes", analiza Agassi.
Hewitt afirma tener un gran respeto al "viejo" André. "Está en un gran momento. No me importa la edad que tenga. Parece más fuerte que en el pasado. Sus años me importan un bledo. Trabaja tan duro como cualquiera en la pista. Creo que es el jugador más en forma", afirma el australino.
Sampras va por decimocuarto título mayor
Por su parte, Sampras, que fue finalista del US Open en las dos últimas ediciones y que no ha ganado un torneo desde que se impusiera en Wimbledon en 2000, está resucitando en el torneo norteamericano, como demuestra la lección que dio al joven Andy Roddick en cuartos de final, al que batió en tres cómodos sets.
"Es cierto que he dudado en ocasiones", afirma Sampras, de 31 años, que fue eliminado en Wimbledon este año en segunda ronda. "Aquello fue un choque, uno de los momentos más críticos de mi carrera. Pero este es el US Open y siento que todo funciona perfectamente. Me he reencontrado con la potencia", afirma Sampras, que disputa su novena semifinal en el torneo.
La final parece al alcance de su mano ante un holandés que cumple 26 años el domingo, campeón del US Open junior en 1994, al que ha batido en las cuatro ocasiones que se han enfrentado.
Estados Unidos sueña con el 34° enfrentamiento entre Agassi y Sampras, en una final 100% norteamericana. Un año después de que el segundo ganara al primero en cuartos de final del torneo.