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Marcelo Salas: "Estoy separado de Carolina y sufro por mis hijas"

El delantero de Juventus reconoce que su delicada situación familiar afectó su rendimiento en Italia y asegura que su regreso a la selección es una oportunidad para salir del pozo. "Acá estoy entre amigos y me siento muy respaldado", confiesa.

26 de Marzo de 2003 | 09:21 | Cristián Caamaño M., LUN
SANTIAGO.- Marcelo Salas no aguantó más. Ni siquiera las largas horas que hoy comparte con sus compañeros en la selección chilena lograban mitigar el dolor que le carcomía el alma y que arrastra desde diciembre del año pasado. Agobiado por las circunstancias, el líder indiscutido de la "Roja" de Juvenal Olmos decidió abrir su corazón y confesar lo que su círculo más cercano comentaba en voz baja, pero que nadie se atrevía a esbozar públicamente.

"Para que no se inventen cosas ni se diga nada extraño, prefiero decirlo yo, de frente, como siempre lo he hecho: sí, estoy separado desde hace un par de meses de Carolina", confesó Salas.

En la intimidad del complejo Juan Pinto Durán, Salas, un hombre esquivo en palabras, enfrenta estoico lo que define como el más duro momento de su vida: "Desde hace un tiempo que se venía especulando sobre mi situación matrimonial. Yo sabía que en Chile estaban averiguando por todos lados si era verdad que estaba separado. Y, en ese afán, se decían muchas cosas, la mayoría puros inventos. Por eso pensé que mi viaje a Chile para integrarme a la selección era el momento adecuado para dar la cara y contar la verdad de una vez por todas".

-Imagino que te cuesta dar este paso.

-Por supuesto que no es fácil, sobre todo para alguien como yo, que a diferencia de la mayoría de los personajes públicos, siempre fui muy cuidadoso de mi intimidad. Pero no quiero que existan dobles interpretaciones ni segundas lecturas. Tengo dos hijas que merecen el más absoluto respeto y no quiero que se haga un drama de todo esto, porque no lo hay. Estoy separado de Carolina y sufro por mis hijas, como sufriría cualquier padre. Esta situación me tiene muy amargado, pero no hay nada oculto.

-¿Cómo te sientes?

-Uuufff... No es fácil sobrellevar una separación, te lo aseguro. Admito que estoy sufriendo, especialmente porque extraño a mis hijas y eso es doloroso. De hecho, no pude estar en el cumpleaños de la Camila, en febrero pasado. Pero bueno, también tengo claro que las parejas se pueden separar y ahora me tocó a mí.

-¿Qué motivó tu separación? Te lo pregunto porque se habló hasta de terceras personas.

-Por favor... No hubo nada especial y quiero que quede muy claro: acá no hubo infidelidad de ninguna de las dos partes ni nada por el estilo. De verdad te lo digo. Nuestra relación con Carolina simplemente se desgastó, como puede sucederle a cualquier matrimonio. Entiendo que por tratarse de una persona pública adquiere mayor notoriedad, pero del mismo modo pido todo el respeto que merece una situación como esta.

-¿Y qué dice el entorno de Carolina? Tú tenías una muy buena relación con tus suegros.

-No, con ellos está todo bien. Lógicamente que no es una situación cómoda, pero habrá que saberla sobrellevar.

-¿Crees que puede haber una reconciliación o ya no hay marcha atrás?

-De eso prefiero no opinar. Decidí hablar para que se acabaran los rumores, pero aquí mismo se cierra este capítulo. Ya he sufrido bastante como para tener que explicar todos los días lo que pasa en mi vida privada.

-¿En qué medida influyó la separación en tu rendimiento futbolístico?

-Influyó mucho. Claramente no estaba en las mejores condiciones para rendir en una cancha, aunque siempre me esforcé por dar el máximo. Pero estaba solo en Turín, una ciudad especialmente fría, echando de menos a mis hijas. Más encima con todos los problemas que he tenido esta temporada. Fue duro. Creo que este período en la selección me ayudará muchísimo, sobre todo para reforzar el tema de la confianza. Estos amistosos con Perú me vinieron como anillo al dedo. Acá estoy entre amigos y me siento muy respaldado.
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