SANTIAGO.- La cita de esta tarde tenía un objetivo claro. Juvenal Olmos reglamentaría la presencia de los futbolistas en las próximas convocatorias de la selección chilena, a partir de agosto. Sin embargo, el director técnico de la "Roja" negó de plano la existencia de un documento al respecto: "No hay reglamento que obligue a un jugador a asistir a la selección, así como no existe alguno que obligue al entrenador a citar jugadores que no considere comprometidos con el equipo".
Las alusión correspondía a la ausencia de tres elementos importantes en la planificación de la "Roja", con miras a su debut por eliminatorias, la primera semana de septiembre ante Argentina, en Buenos Aires. Se trata de Marcelo Salas, quien se excusó de la cita personalmente ante el plantel; David Pizarro, "quien todavía no ha hablado", y Reinaldo Navia.
Olmos aseguró que Marcelo Salas dispone de un sitial de privilegio dentro del plantel. "Él tiene un sitial de líder que ocupar". Sin embargo, advirtió que "el espíritu de la selección se encargará de dejar fuera a aquellso elementos que privilegien objetivos individuales".
El entrenador, que cumplió cuatro meses al mando del combinado, entregó un lato diagnóstico de la salud de la selección: "No empezamos de cero. Empezamos bajo cero y todavía no llegamos a cero. Le falta cariño y respeto".
"Yo hablé de un camarín que estaba colapsado. El camarín es el corazón de la selección y está partido. En el pasado las individualidades tuvieron más valor que el equipo, que tiene que reconstruir el camarín", aseguró.
Por qué somos últimos
Juvenal Olmos identificó tres causas para el mal rendimiento de la selección nacional en las pasadas eliminatorias, advirtiendo de antemano que su tarea corresponde al análisis que no se hizo anteriormente "por cuatro entrenadores nacionales y tres presidentes de la asociación".
"Sólo una buena motivación nos basta para creer que podemos ser campeones del mundo. Pero no es así. El prestigio se perdió en la cancha y debemos recuperarlo en la cancha, no en los micrófonos. Pero somos soberbios y eso nos hace pensar que no vale la pena enfrentar a rivales como Perú, Honduras o Costa Rica".
"Un tiempo atrás dije que el verdadero rival de la selección estaba fuera de Chile, pero me equivoqué. El rival del chileno está metido en la falta de credibilidad en estos jugadores, en el endoso de responsabilidades de procesos anteriores y en la negatividad del entorno general".
