SAO PAULO.- El técnico de Sao Paulo, el chileno Roberto Rojas, cumplirá mañana tres meses desde que asumió el cargo, pero todavía no sabe si seguirá la carrera de entrenador o volverá a ser preparador de arqueros.
"Tengo planes hasta el 31 de diciembre, a partir de ahí no sé, en el fútbol hacer planes no depende sólo de uno, así como no dependía de mí quedar como interino", dijo Rojas en una entrevista que concedió al diario Lance.
Rojas pasó 38 días como interino tras la abrupta renuncia de Oswaldo de Oliveira y asumió el comando del club el 10 de junio.
Con un aprovechamiento de 65,4 por ciento, contra 62 por ciento de su antecesor, Rojas es considerado como de los mejores técnicos del torneo brasileño, donde Sao Paulo marcha tercero, detrás de Santos y Cruzeiro.
La decisión, admite Rojas, depende de alcanzar los objetivos trazados al comienzo de la competencia, el más importante, dice, "es el título".
Consultado si todavía piensa dirigir algún día a la selección de Chile, respondió "no puedo hablar que sí, o que no".
Cuando se le preguntó si ello sería "una realización" en su carrera, Rojas expresó que "no sé si sería una realización, si eso ocurre va a ser de forma natural".
Rojas respondió que no se siente un "villano nacional", por los incidentes en el Maracaná, cuando simuló un corte en su ceja, lo que le costó a Chile la suspensión de participar en los mundiales de 1990 y 1994 y el fin de su carrera como arquero.
"Me sentí responsable por lo que hice, pero villano no. Yo ya había sido considerado el mejor arquero de América del Sur en 1985 y 1986, es lo que hice por Chile", recuerda Rojas.
Interrogado si su trabajo en Sao Paulo tiene repercusión en Chile aseguró que "no tengo vanidad para preocuparme con eso".
Esa misma vanidad es la que no quiere que tengan los jugadores de Sao Paulo porque "no es sólo de aplausos que vive el ser humano, también vive del trabajo".
