ROMA.- Un total de 462,8 millones de euros (370 millones de dólares) gastados en comprar 106 jugadores, no han bastado a Massimo Moratti, que en febrero de 1995 se convirtió en presidente y máximo accionista del Inter de Milán, para conseguir su sueño de llevar a su club a lo más alto y, cuando menos, conseguir el ansiado "scudetto" liguero.
Massimo Moratti, un importante petrolero, persona gentil, educada y elogiada hasta por sus rivales, accedió a la presidencia del Inter de Milán el 18 de febrero de 1995, por amor a un club que desde muy niño llevó en su sangre.
Así, su padre Angelo fue el artífice del denominado "Gran Inter" que con el técnico Helenio Herrera y el jugador español Luis Suárez arrasó en la década de los sesenta en Italia y en el mundo.
Massimo, apasionado del deporte, con significativos cargos en su haber (presidente de Lombardía del Comité Nacional Olímpico Italiano, de federación de motociclismo del sector técnico de la Federación de Fútbol, entre otros), desde su llegada al Inter puso su dinero al objetivo de devolver al club "de sus amores" a lo más alto del escalafón internacional.
Desde el primer momento, Moratti no dudó en entrar de lleno en la renovación de la plantilla interista. Lo que, en verdad, ha realizado casi anualmente, pues las continuas llegadas y salidas son habituales en cada inicio de campaña.
Así, en estos ocho años y medio de propiedad y presidencia Moratti, el Inter de Milán entre fichajes o intercambios ha visto llegar a su plantel 106 jugadores (12 porteros, 39 defensas, 33 centrocampistas y 22 delanteros).
Ellos han representado una inversión valorada en unos 462,8 millones de euros.
Y en esta casi interminable lista figuran jugadores de gran renombre como Peruzzi, Toldo, Roberto Carlos, Angloma, Gamarra, Blanc, Panucci, Cannavaro, Ince, Javier Zanetti, Djorkaeff, Winter, Paulo Sousa, Simeone, Pirlo, Seedorf, Dalmat, Almeyda, Kanu, Zamorano, Recoba, Ronaldo, Roberto Baggio, Mutu, Keane, Adriano, Batistuta o Hernán Crespo.
Por contra, la venta de jugadores -en su gran parte los fichados previamente- se ha elevado a unos 309,3 millones de euros. Es decir, económicamente entre entradas y salidas, el Inter de Moratti presenta un déficit de unos 153,5 millones de euros.
Pero, sobre todo, más que la importante cifra económica, en la afición interista pesa ver a jugadores como los brasileños Roberto Carlos y Ronaldo que triunfan, enamoran y ganan títulos en el Real Madrid, o como Andrea Pirlo o el holandés Clarence Seedorf que también levantan Copas justo en el "odiado rival" Milan.
Las entradas y salidas no sólo han tenido lugar en la plantilla de jugadores, sino también en lo que respecta a los técnicos que se sentaron en el banquillo del primer equipo.
En total, 9 son los distintos técnicos que se han sentado en el banquillo, pero algunos de ellos lo han hecho además en más de una ocasión, por período interino por las destituciones: 1995-96: Bianchi, Luis Suárez, Hodgson; 1996-97: Hodgson, Castellini; 1997-98: Simoni; 1998-99: Simoni, Lucescu, Castellini, Hodgson; 1999-2000: Lippi; 2000-01: Lippi, Tardelli; 2001-04: Cúper.
Curiosamente, es el actual argentino Héctor Raúl Cúper, quizás el más cuestionado de todos por la afición, quien más está durando en el cargo.
Todo ello, incluidos cambios en cargos dentro del organigrama directivo y técnico (directores deportivos, responsables mercado, observadores, consejeros, etc), tan sólo ha dado como fruto 1 Copa de la UEFA (1997-98).
Demasiado poco para un club de la historia, afición y exigencia como el Inter, nada para el enorme desembolso económico realizado por un Moratti del que se dice que su mayor pecado en el mundo del fútbol es "ser buena persona" y al que se solicita "mano dura".
