EAGLE/MIAMI.- Kobe Bryant, el superastro de Los Angeles Lakers, compareció hoy ante el juez Frederick Gannett en la audiencia preliminar en la que se establecerá si se lo enjuicia por abuso sexual de una joven de 19 años.
Sus abogados Hal Haddon y Pamela Mackey, en una decisión de última hora, resolvieron que se produjera la audiencia, contra la opinión de expertos jurídicos que pronosticaron que renunciarían a ella para que Bryant fuera directamente a juicio.
El detective Doug Winters dijo en la audiencia que la joven declaró a la policía que un encuentro sexual consentido había terminado de mala manera.
La mujer, que no ha sido identificada por orden judicial, habría tenido escarceos amorosos con Bryant, pero en algún momento el jugador le dijo que quería ver un tatuaje en su espalda y que fue cuando la tomó del cuello y la violó, aunque ella le dijo repetidamente que no siguiera, testificó el policía.
Winters también recordó que la mujer declaró que Bryant le pidió que nadie se enterara de lo que había sucedido.
Según los expertos era peligrosa para Bryant la audiencia preliminar en la que los fiscales presentarían los cargos, mostrarían fotos y testigos sin que la defensa tuviera la oportunidad de contrainterrogar a la demandante por habérselo prohibido de antemano Gannett.
La audiencia se realizó en medio de fuertes medidas de seguridad debido a las amenazas de muerte contra jueces, fiscales, la demandante y el propio Bryant.
El superastro de los Lakers llegó al edificio de la corte vistiendo un traje azul con una camisa amarillo mostaza y, como todos los asistentes a la audiencia, debió pasar por controles de seguridad, incluyendo una puerta para detectar metales.
Los periodistas y el público fueron mantenidos a distancia y Bryant no formuló declaraciones cuando algunos hombres de la prensa le gritaron sus preguntas y le extendieron sus micrófonos en busca de alguna palabra suya.
La camarera de un hotel en la vecina localidad de Edwards acusa a Bryant de haberla violado la noche del 30 de junio, cuando acudió a la habitación del jugador pasadas las 11 de la noche.
Puntualizó que no aspira a una compensación económica, sino que sólo a que el jugador sea castigado. Si Bryant es hallado culpable se enfrentaría a una pena de hasta 20 años de cárcel.
Inmediatamente después de comenzar la audiencia los fiscales empezaron a exponer las razones por las que creen que Bryant debe ser juzgado.
Los expertos legales temían que esta exposición permitiera ya un prejuicio en los potenciales jurados, sin que la defensa hubiera podido lograr el testimonio de la demandante, ni habérsele permitido el acceso a supuestos documentos médicos que probarían que la joven fue atendida en enero de un problema mental en una clínica de una cercana universidad.
Sin embargo, pareciera que la nueva estrategia de la defensa apunta a demostrar la debilidad de los argumentos de la fiscalía y quizás lograr que los testigos de ésta incurran en contradicciones capaces de inducir a Gannett para que declare que no hay suficientes indicios de culpabilidad y archivar el caso.
Mientras se producía la audiencia, la expectativa en Eagle, pueblo de 3.500 habitantes de las montañas del Estado de Colorado, era inmensa. Cientos de personas se reunieron en los alrededores de la corte entre curiosos y periodistas fotógrafos y camarógrafos.
Las grandes cadenas de televisión como CNN, FOX y MSNBC mantenían informados a millones de estadounidenses sobre el procedimiento que afronta el multimillario astro.
Bryant, de 25 años, admitió que tuvo relaciones sexuales con la mujer, pero precisó que fueron consensuadas y de lo único que se declaró culpable ante los periodistas fue de adulterio.
El jugador dejó el campo de entrenamientos de los Lakers en Honolulu para viajar hasta Colorado, luciendo más delgado. Allegados suyos dijeron que perdió poco más de cuatro kilos desde que fue develado el asunto.
El 6 de agosto, cuando se realizó la primera comparecencia de Bryant ante el juez, las medidas de seguridad no eran tan rigurosas como las observadas hoy. Y es que Gannett, el fiscal Mark Hurlbert y la acusada dijeron haber recibido amenazas de muerte.
Por lo menos dos personas son investigados por esas amenazas; uno de ellos es el ciudadano suizo Patrick Graber, quien dijo haberse aproximado a allegados de Bryant ofreciéndose para matar a la joven a cambio de tres millones de dólares.
