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Motociclismo: Rossi conquista su quinto título

El italiano se proclamó hoy campeón del mundo de MotoGP con su victoria en el Gran Premio de Malasia de motociclismo.

12 de Octubre de 2003 | 09:48 | DPA
SEPANG, Malasia.- Con sólo 24 años y ocho en el Mundial, Valentino Rossi conquistó su quinto título y escribió así una nueva página en la historia del motociclismo de la única manera que sabe hacerlo: a toda velocidad.

El italiano se proclamó hoy campeón del mundo de MotoGP con su victoria en el Gran Premio de Malaisia de motociclismo.

"Estoy sumamente feliz", admitió Rossi tras su éxito, que celebró con un grupo de amigos y un nuevo espectáculo al borde del circuito. Vestidos de presidiarios, estos le entregaron un gigantesco candado que significaba la "liberación" del italiano.

Rossi relegó al segundo puesto al español Sete Gibernau y al tercero al italiano Max Biaggi, ambos pilotos de Honda.

Con este triunfo el italiano consigue su tercer título consecutivo en la máxima categoría (dos en MotoGP y uno en la desaparecida 500 centímetros cúbicos) lo que lo introduce en el selecto grupo de ocho pilotos que conquistaron tres o más campeonatos con las motos más potentes. A ello suma el Mundial de 125 centímetros cúbicos en 1997 y el de 250 en 1999.

Los datos de la carrera de "il dottore", apodo en honor a un conocido cómico italiano, hablan por sí solos: ganó su primer Gran Premio en su año de debut en el Mundial (1996), en 122 carreras disputadas ganó 57 y en un total de 88 ocasiones subió al podio, en 500 cc/MotoGP ganó 31 pruebas de 62 disputadas, fue "pole position" 26 veces y marcó la vuelta rápida en carrera en 57 grandes premios.

Pero lo que más impresiona de Rossi no es su capacidad para acumular honores, sino su facilidad para pilotar. El italiano se siente pleno encima de la moto y la maneja a su antojo, hasta el punto de que en muchas ocasiones parece que juega con sus rivales.

Ya sea con calor o frío, sol o lluvia, en circuitos rápidos o lentos, Rossi siempre es el hombre a batir. Unas veces con arriesgadas maniobras y otras con una precisión milimétrica vuelta tras vuelta, la competencia se ve presa de los nervios y comete errores que el italiano aprovecha al máximo.

El amor por el motociclismo le viene a Rossi de familia. Su padre Graziano fue piloto profesional, y en 1979 fue tercero en el Mundial de 250 centímetros cúbicos. A los once años ya competá en minimotos y a los 15 ya fue campeón de Italia de 125.

Nacido para pilotar sobre dos ruedas, el único problema que acechó a Rossi en los últimos años fue la motivación: él mismo comenzó a aburrirse de su propio dominio y de la falta de competencia.

Así, probó suerte en los rallies, y pese a sus frustradas experiencias no descarta dar el salto a las cuatro ruedas. Pero la duda más inmediata es cuál será su nuevo equipo la próxima temporada.

Rossi no renovó aún su contrato con Honda, la marca que trabaja desde hace años por y para el italiano, y en Yamaha albergan esperanzas de que decida aceptar el reto de resucitar la marca del diapasón en la máxima categoría.

Sin embargo, en Italia los deseos de los "tifosi" son otros: el regreso de Ducati este año al Mundial de velocidad está siendo más que prometedor, y un título en MotoGP con la "Ferrari" de las motos haría al "dottore" definitivamente inmortal en su país.
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