SUZUKA, Japón.- El alemán Michael Schumacher (Ferrari), quien hoy se proclamó por sexta vez campeón del mundo de Fórmula Uno, declaró tras su histórico éxito que no es "consciente de ser una leyenda viva".
"No lo soy, seguro que no", comentó Schumacher en el circuito de Suzuka, donde se disputó la última prueba del Mundial, el Gran Premio de Japón. "Eso no es lo importante ahora. Mucho más importante fue que hemos alcanzado los dos objetivos que nos habíamos marcado", dijo.
"Ha sido una sensación relativamente inusual para mí, la de cruzar la meta como octavo y a la vez sentirme campeón del mundo, eso no es muy corriente. Pero la carrera ha sido realmente alocada. Para el equipo ha sido fantástico el haber ganado cinco títulos consecutivos en el Mundial de constructores", explicó.
Schumacher ha logrado los cuatro últimos junto a su compañero actual, el brasileño Rubens Barrichello, y el de 1999 con el norirlandés Eddie Irvine, en una temporada en la que también pilotó para Ferrari el finlandés Mika Salo, durante los Grandes Premios que estuvo ausente el alemán, que se accidentó en Silverstone (Inglaterra).
"Además de ganar el campeonato de constructores, hemos ganado la carrera con Rubens (Barrichello) y yo he logrado mi título mundial. Ha sido fantástico", explicó Schumacher, para quien el comienzo de la prueba desde su punto de vista no fue apta para cardiacos.
"Antes de la carrera ya tenía sentimientos encontrados, por eso dije que no iba a ser nada fácil. No me podía fiar de lo que pasaba por delante, con la llegada de la lluvia, por ejemplo, o por una avería, Kimi (Raikkonen) se había podido poner en primer puesto y hubiese ganado la carrera", explicó.
"Noté que muchos pilotos sabían que era mejor que ellos y que abrían la puerta en los adelantamientos, pero no fue el caso de (Takuma) Sato (BAR Honda), porque en un principio parecía que sí, pero justo en el momento en el que me dejaba hueco y yo iba a pasar, se volvió a cerrar y me cortó la nariz (en referencia al alerón). Era justo lo que necesitaba para que todo fuese más emocionante y que todo se liara", comentó el alemán, quien explicó que la de hoy fue "con seguridad" una de las carreras más duras de su trayectoria deportiva.
"Schumi" también comentó la pugna en pista con su hermano Ralf (Williams BMW). "Nosotros pilotamos por los puestos y conducimos para nuestros equipos, no para nuestro hermano en cada caso. No he visto bien la secuencia, todo fue muy estrecho, pero mientras no haya sucedido nada, todo en orden", opinó.
"Cada título es importante, pero si se piensa como se han ido desarrollando las cosas, todo lo que ha sucedido y luego además el hecho de haber ganado el quinto título de constructores es algo increíble. Hoy yo he escrito historia como piloto, pero también lo hemos hecho como equipo. Es un momento extremo y pido disculpas por no encontrar las palabras adecuadas, pero es que es difícil expresar esto con palabras", afirmó.
"La clave del éxito está también en la motivación y en la categoría de las personas que trabajan para Ferrari. Es algo único y ahí están las cifras para corroborarlo. Todo el mundo hace un trabajo sensacional", explicó Schumacher, quien admitió que durante la carrera de hoy llegó a pensar que podría escapársele el título.
"Eso es algo lógico. Cuando de repente se está atrás del todo, en la última plaza, y cuando la estrategia es la de hacer una carrera a tres paradas piensas que a lo mejor los otros van sólo a dos y te vienen las preocupaciones, piensas en cómo puede acabar todo", manifestó el piloto alemán.
"Pasaron muchas cosas por mi cabeza, pero por fortuna llevaba un buen coche con el que pude pelear por volver a los puestos de cabeza", dijo Schumacher, quien negó de nuevo la posibilidad de retirarse.
"Esas preguntas me producen algo de pesar. Quiero que la gente entienda que yo amo este deporte. No tengo ningún motivo para pensar en la retirada, más aún cuando sigo siendo bueno y competitivo. ¿Por qué no puedo seguir divirtiéndome?", declaró.
