NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Desde el momento en que el entrenador californiano Frank LaPorte puso a Jason Kidd a jugar en la posición de escolta, la naturaleza especial en el talento del basquetbolista nunca fue puesta en discusión.
El único desafío en ese sentido es cómo cuantificarlo.
Algunos se centran en las cualidades de liderazgo de Kidd, en cómo inspira a aquellos que están a su alrededor.
El entrenador Jack Ramsey simplemente lo llama "el mejor", mientras que otros intentan lo imposible al comparar sus números con los de las estrellas pasadas del baloncesto de la NBA.
Pero si hay algo que marca la grandeza de Kidd es que él es la excepción a la regla sacrosanta del deporte que señala que ningún jugador es más grande que su equipo.
Kidd es un gigante en el equipo de los Nets de Nueva Jersey que, por consenso general, no sería nada sin él, aunque también falle como le ocurrió el miércoles cuando no acertó un triple que pudo empatar el partido ante los Toronto Raptors en el último segundo.
Finalmente anotó 11 puntos al sólo encestar cuatro tiros en 18 intentos en una de sus peores noches en la liga.
En sus primeros 25 años como franquicia de la NBA, los Nets fueron el paradigma de la mediocridad. En los dos años que transcurrieron desde la llegada de Kidd, los Nets alcanzaron las instancias definitorias de la competencia.
Lo que ni siquiera Kidd pudo lograr es que su equipo sea campeón de la NBA.
Pero Kidd es la razón por la que, en el inicio de una nueva temporada, los Nets son favoritos para barrer en la Conferencia de Este por tercer año consecutivo y, a lo mejor y con algo de suerte, lograr el anillo de campeón.
UNA ACTITUD GANADORA
Su valor no fue perdido de vista por el presidente y gerente general de los Nets, Rod Thorn. Jugador libre el año pasado, Kidd estuvo cerca de unirse a su amigo Tim Duncan en los Spurs de San Antonio -equipo campeón la temporada pasada-, pero luego de mucho debate eligió ser leal y quedarse en los Nets.
"Hicimos un acuerdo que cambió la historia y la franquicia para los Nets cuando incorporamos a Jason Kidd en el 2001", dijo Thorn en julio después de ofrecer a Kidd un nuevo contrato de seis años y 103 millones de dólares.
"Más importante, Jason nos trajo una actitud ganadora. Era imperativo para la franquicia que Jason siguiera en el equipo. Convertimos eso en la prioridad número uno y somos muy afortunados de que haya elegido quedarse con nosotros", destacó.
Con los Nets, Kidd elevó los promedios de su carrera a 16.7 puntos y 9.3 asistencias durante la temporada regular mientras que en los playoffs sus promedios fueron de 19.8 puntos y 8.6 asistencias.
Tampoco hay dudas que los Nets fueron buenos para el jugador nacido en San Francisco. Él era un jugador cuyas actitudes no siempre fueron aprobadas en su paso por los Mavericks de Dallas y los Suns de Phoenix.
En enero del 2001, cuando Kidd estaba jugando en los Suns, fue acusado de provocarle lesiones por su esposa Joumana. A pesar que la acusación fue levantada luego que Kidd aceptara someterse a tratamiento psicológico y pagara una fianza, los Nets le ofrecieron a Kidd -y a Joumana- la posibilidad de un nuevo comienzo.
Pero principalmente, Kidd fue bueno para los Nets ya que, entre otras cosas, supervisó el desarrollo de los jóvenes Kenyon Martin y Richard Jefferson.
A COMPRAR JUGUETES
Nueva Jersey también ha recibido otros beneficios por la presencia del jugador. A través de la Fundación Jason Kidd, el jugador de 30 años consigue fondos para la atención médica de niños de la zona. Además, cada Navidad él y su esposa llevan a un grupo de niños humildes de compras a una juguetería.
Kidd, cuya singularidad fue construida con perseverancia para lograr sus magistrales disparos, toma de rebotes y asistencias, se da cuenta que está en la cumbre. "Aún no logramos nada", dijo en la pretemporada de los Nets luego de un verano que lo vio liderar el equipo de Estados Unidos que logró la clasificación para los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004.
"En algún momento seré un viejo, por lo que no tengo tiempo para sentarme. Quiero tratar de ganar un campeonato y creo que mi mejor posibilidad para lograrlo son los Nets", destacó.
Por el momento, el futuro a largo plazo de los Nets es incierto. Uno de los tres candidatos para comprar la franquicia anunció sus planes de llevar al equipo a Long Island.
La reacción de Kidd -sugiriendo que podría dejar el equipo si el mismo es llevado a otro lugar-, generó una pequeña ola de reacciones en la prensa estadounidense. "Soy feliz en Nueva Jersey, pero sé que no tengo peso (cuando se habla de los planes futuros de los Nets)", dijo Kidd con modestia.
No tiene sentido, dicen los seguidores del club que no esperan ver a los Nets en Long Island en el futuro cercano.