VALENCIA.- El Valencia se impuso al Villarreal por 4-2 en un partido que el equipo visitante controló en el primer tiempo, pero que se jugó con mucha intensidad tras el descanso, y en el que los locales supieron sacar partido al desenfreno y al alboroto que se montó en la reanudación.
La clave de la victoria local estuvo en los dos goles marcados por el Valencia en tan sólo un minuto al principio del segundo tiempo y en la expulsión, con roja directa, del visitante Ballesteros.
Cuando Riquelme marcó el 0-1 a los 14 minutos, tras lanzar perfectamente un tiro libre, el jugador argentino ya era el dueño del balón y llevaba el ritmo del partido. El control del juego era del Villarreal, que lo mantuvo, gracias a su orden y su gran presión hasta mediado el primer periodo.
Aunque el conjunto visitante tenía las ideas mucho más claras que el Valencia, poco a poco el equipo local se hizo con el partido, más a base de empuje y coraje que de buen fútbol, puesto que el Villarreal le impedía controlar el centro del campo y todas las aproximaciones a la meta de Reina eran tras desplazamientos largos.
En el último cuarto de hora del primer tiempo, el juego se endureció por parte de los dos equipos y aparecieron las tarjetas. Unos y otros mostraban su descontento con la actuación del árbitro, que se sumó, con sus desaciertos, a una fase del juego marcada por la falta de calidad.
El constante envío de balones bombeados a la meta visitante no fueron suficiente arma para que el Valencia llegara al descanso con la desventaja neutralizada a pesar de que Riquelme, antes del descanso, ya había desaparecido del partido.
El Valencia salió con más fuerza en la reanudación, pero el Villarreal supo parar el ímpetu de los de Mestalla. Sin embargo, cuando lo había hecho y en menos de dos minutos, recibió dos goles sorprendentes que dieron la vuelta al marcador.
El del empate llegó en un tiro libre ejecutado por Baraja. De inmediato, una acción excelente de Aimar puso el 2-1 en el marcador. El partido había dado un giro de 180 grados en un abrir y cerrar de ojos y el juego, en los siguientes minutos, enloqueció por completo.
La expulsión de Ballesteros en el minuto 69 fue una nueva prueba del desorden existente tras la remontada valencianista. El tercer gol local, logrado por Baraja, otra más.
Con este tanto y el equipo visitante en inferioridad numérica, el partido estaba aparentemente en bandeja para que los valencianistas, pero el balón no tenía dueño y un excelente taconazo de Víctor permitió que Belletti hiciera el segundo gol visitante y volviera a meter a su equipo en el encuentro, ya que el Valencia se desconcentró.
Pese a ello, la superioridad local fue un factor determinante y Mista cerró el partido con el cuarto gol local con el tiempo casi concluido.
