
Mark González y Luis Figueroa, dos de las figuras de la Sub 23.
CONCEPCION.- Pese a que Juvenal Olmos prefirió valorar el resultado por sobre todo, también hizo hincapié en las actuaciones de elementos que, en el futuro, debieran ratificar sus cometidos en la selección nacional. "Esta Sub 23 entregó la opción absoluta de entregar jugadores frescos y de recambio a la adulta", vaticinó el estratega de la "Roja".
Es el caso de Claudio Bravo, Luis Pedro Figueroa, Rodrigo Millar y Mark González.
El caso del portero de Colo Colo escapa a un rótulo tradicional de los metas chilenos en la última época: el bajo perfil. Con la excepción de Marcelo Ramírez, el "12" de la Sub 23 ha recaído en un hombre quitado de bulla, con la regularidad como principal expresión. Y no en vano Olmos dijo que el oriundo de Viluco deberá pelearle el puesto a Nelson Tapia.
Bravo es un excelente cortador de centros, no le gusta quedarse en el área chica, no tiene vergüenza para jugar con los pies y entrega esa dosis de "sobrado" que por años se alabó de otros como José Daniel Morón y Sergio Vargas. Un estilo diametralmente distinto al de Tapia: no da rebotes, apaña el balón, descuelga con galanura y reparte confianza a la defensa.
Rodrigo Millar encontró su posición en esta selección. Recoge el balón en el volante central (Jorge Carrasco), encara y descarga en sus laterales volantes, o bien, en los delanteros. A diferencia de otros solicitados por la parcialidad de la selección, como Jorge Valdivia, el hombre de Arauco levanta la cabeza luego de cada control y vuelve a posiciones defensivas cuando el balón no está en su poder.
El caso de
Luis Pedro Figueroa y
Mark González tiene similitudes y distinciones. Lo primero va por el lado de las tremendas licencias que obtuvieron del planteo de Juan Ramón Carrasco, quien no observó sus desbordes e incluso liberó a Figueroa de la atosigante marca de Daniel Hernández. De esta forma, ambos gozaron del espacio, pero en forma distinta.
Mientras el jugador de la Universidad de Concepción avanzaba con el balón en su poder y se juntaba con la salida de José Contreras ("vía" Millar), el lateral de Universidad Católica optó por picar al vacío y sacar réditos de su excelente velocidad.
Los resultados fueron similares. Centros con ventaja para los delanteros criollos y una inquietud constante para las espaldas de los zagueros uruguayos. Ojo, que la línea de cuatro defensores de Venezuela espera mucho más atrás y los trancos para recorrer serán algo más pedregosos.
Y ahora qué
La pregunta cae de cajón. Pero sólo Luis Pedro Figueroa tiene campo libre para "subirse" a la selección adulta, luego de que ni Fernando Martel ni Patricio Ormazábal ni Cristian Álvarez dieron la nota en la Eliminatoria.
Mark González ya alcanzó la plaza, pero le falta ratificarse como inamovible. Algo bastante complicado tomado en cuenta la alternancia de esquemas utilizada por Juvenal Olmos. Sin embargo, delante del lateral izquierdo (Rodrigo Pérez), debiera abrirse paso como titular.
Millar tiene camino entrampado, toda vez que Milovan Mirosevic y David Pizarro disputarán el único lugar de enlace en la selección adulta. Debiera derivar en una suerte de volante de contención mixto, pero ahí aparecen Rodrigo Meléndez, Jorge Acuña y en un tiempo más, Pablo Galdames.
Lo de Bravo ya está escrito. Su opción pasa como alternativa táctica a lo que ofrece el consistente Nelson Tapia, pero también está en dar seguridad a través de un formato que quizás no es el más "serio" para los ortodoxos.