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Lo que no se vio entre Chile y Venezuela

Duelo entre chilenos y venezolanos en las tribunas, aplausos para Juvenal y la ausencia del clásico pernil para el entretiempo son algunas de las cosas que no pasaron inadvertidas para nuestro ojo reportero.

10 de Enero de 2004 | 14:35 | Nicolás Olea, enviado especial
CONCEPCIÓN.- El partido entre Chile y Venezuela por el Preolímpico Sudamericano Sub 23 no sólo se jugó en la cancha misma del Municipal de Concepción. En las tribunas también hubo duelo entre chilenos y venezolanos, por ejemplo. A continuación, lo que no se vio de la jornada de ayer del Preolímpico:

Chávez "estuvo" presente

Pese a la preocupación de las altas magistraturas, el público casi ni recordó la petición del Mandatario venezolano Hugo Chávez, para que Chile autorice un paso al mar soberano para Bolivia. Solamente un pequeño muñeco de tez morena, confeccionado con plumavit, lana y los colores del uniforme venezolano, recorrió la tribuna oficial. En sus ropas se leía "Chávez: la cagaste" y, como se esperaba, pasó a mejor vida ensartado en una de las puntas del alambrado olímpico. Pese a que fue degollado, cabeza y cuerpo siguieron recorriendo el estadio Municipal por largos minutos.

Un aplauso para Juvenal

Es un público difícil el de Concepción. La victoria de la Sub 23 en el arranque no fue excusa para que el estratega de la selección, Juvenal Olmos, zafara de las pifias cuando se mencionó su nombre por los altoparlantes. Otro que se repitió el plato fue el juez de línea boliviano Arol Valda, pero la injusticia fue para el otro asistente, Felix Badaraco. El locutor –pifia incluida- dijo que era de Bolivia, pero en verdad... nació en Quito.

"Groserinhos"

No bien terminado el primer tiempo del duelo de fondo entre Brasil y Paraguay, el delantero Robinho recibió una fuerte entrada dentro del área por parte del zaguero guaraní José De Vaca. Como el juez Gilberto Hidalgo no pitó penal, parte de una torcida brasileña apostada sobre la tribuna popular se irguió en contra del peruano con un sonoro "filho de puta". No hacía falta traducir para que el público chileno la emprendiera contra los fanáticos de la verdeamarela: "Son unos groseros ustedes, brasileños" gritó irónicamente un horrorizado forofo. Pero el siguiente remató la discusión con un "mejor quédense callados, rotos c... de su madre". Fue la fineza de la velada.

Te extraño, pernil

Cada día se nota más la modernidad del Preolímpico. Las cornetas de antaño dieron espacio a unos modernos parlantes (con sub-woofers) que circundan el estadio con sus llamamientos, mientras un locutor detalla todas las incidencias de los cotejos. Además, en el entretiempo ya no hay cumbias, sino música digna de radio El Conquistador. Pero el futurismo se llevó a un gran compañero del hincha, como son los perniles y las mechadas. No hay por dónde encontrarlos y apenas existen unos escuálidos aliados con valor prohibitivo ($700). Ni siquiera el clásico jamón palta. O sea, olvídese de pebre, ají o mostaza. Y si quiere café, hay sólo un locatario por el sector que da al terminal de buses. Muy poco para los angustiados consumidores que llegan al estadio después de la jornada laboral.

A mantener la racha

Luego de los triunfos de la Sub 23 criolla, los ánimos de la prensa local quedaron por el cielo. De hecho, más de 45 individuos fueron citados al duelo de esta tarde en Huachipato, donde periodistas chilenos se enfrentarán a los comunicadores internacionales ("Restos del Mundo", se le llama). El arreglo quedó a cargo de un improvisado COL (Comité Organizador Local, al igual que el encargado del Preolímpico en Concepción), aunque los malpensados no tardaron en llamarle AL-COL. Aún no se decide quien marcará a Álvaro Recoba, que no es el Chino del Inter de Milán, sino su tío, relator de una emisora montevideana.
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