MELBOURNE.- Un resignado Carlos Moyá tuvo finalmente que renunciar a disputar siquiera un punto hoy en el Abierto de tenis de Australia, al no conseguir recuperarse a tiempo de su lesión en el tobillo derecho.
La renuncia del español fue la peor nota de un mal día para la representación española en el primer torneo de Grand Slam de la temporada, donde sólo tres jugadores avanzaron de ronda.
Moyá se quejó de la falta de disposición de los dirigentes del torneo, que no consintieron en variar el programa para ofrecerle un día más de recuperación, pero aceptó resignado la decisión y su suerte.
"Lo normal es que a un jugador que está entre los diez primeros lo protejan. Evidentemente no les importó que yo hubiese sido finalista aquí o número uno del mundo. Pero bueno, yo no soy ni australiano ni americano", se quejó Moyá, que tenía que debutar ante el estadounidense James Blake.
El mallorquín aseguró que no tenía dudas de que si los australianos Lleyton Hewitt y Mark Philippoussis o el norteamericano Andre Agassi hubieran estado en su situación, la cosa hubiera sido muy diferente.
"No tengas dudas", señaló el jugador, cuyo puesto fue ocupado por el peruano Iván Miranda, que fue eliminado. "De cualquier manera, quiero mucho a este torneo -donde fue finalista en 1997-. Al año que viene volveré con muchísimas ganas", añadió conciliador.
Moyá había comenzado la temporada de manera arrasadora, ganando nueve partidos seguidos, imponiéndose en el torneo de Chennai y alcanzando la final del de Sydney, donde cayó lesionado. Un mal paso durante la primera manga del partido contra Hewitt le provocó un esguince en el tobillo derecho del que no tuvo tiempo para recuperarse.
"De acuerdo a lo que me dijeron los físios, con un día más hubiese podido jugar", se lamentó. "Cuando me lesioné, no estaba hecho el programa. Todo el mundo lo vio por televisión, también el director del torneo -Paul McNamee-. Si les hubiera intersado, podrían haberlo cambiado sin ningún problema".
El español intentó realizar un calentamiento previo al partido, pero sólo duró unos 20 minutos sobre la pista. Tras constatar que no podría ser competitivo, decidió no arriesgar y presentar su renuncia.
"Hubiera sido imposible jugar con Blake a cinco sets. A tres ya hubiera sido muy difícil en estas condiciones", dijo Moyá, que prefirió asegurar una total recuperación de cara al primer compromiso de Copa Davis del año, del 6 al 8 de febrero en la República Checa.
Tampoco le fueron bien las cosas al resto de la "Armada". Tommy Robredo cayó ante un inspirado Gastón Gaudio por 6-3, 6-2 y 7-6(6), mientras que Fernando Verdasco, que tuvo que retirarse, Albert Portas y Oscar Hernández tampoco pudieron con sus rivales de primera ronda.
"Esto me sirve para aprender", dijo Robredo, de 21 años, que llegaba a Melbourne tras un magnífico comienzo de temporada, en el que había hecho semifinales en Chennai y cuartos en Sydney. "Estoy tranquilo y debo seguir haciendo las cosas como las venía haciendo. Al fin y al cabo, no perdí con un don nadie. Gaudio es un gran jugador".
Los únicos españoles que avanzaron hoy en el cuadro masculino fueron Galo Blanco, que se aprovechó del abandono por lesión en el primer set del marroquí Younes El Aynaoui, y David Ferrer, que se impuso al luxemburgués Gilles Muller por 7-6(4), 6-1 y 6-3.
Este martes será el turno de Juan Carlos Ferrero, tercer cabeza de serie, que debuta frente a su compatriota Albert Montañés en el último turno del Vodafone Arena, la segunda pista en importancia del Melbourne Park.
La gran sorpresa de la jornada la protagonizó el joven sueco Robin Soderling, que en el primer turno del Rod Laver Arena, la cancha principal del Melbourne Park, dejó fuera de competición al finalista del año pasado, el alemán Rainer Schuettler.
