ROMA.- El joven delantero brasileño Adriano Leite Ribero, una de los más prometedores nuevos goleadores mundiales y que hoy, mediante el acuerdo alcanzado entre las partes, ha vuelto al Inter de Milán procedente del Parma, llega al club interista con la difícil misión de revitalizar a un equipo que no encuentra su rumbo.
Adriano, a quien en Italia se le conoce como el "gigante bueno", por aquello de sus 189 centímetros de altura y su gentileza y bondad como persona, vuelve a su "casa italiana". No en vano, fue el Inter quien le trajo a Italia, al ficharle en agosto 2001 desde el Flamengo.
Nacido el 17 de febrero de 1982, en Río de Janeiro, a las pocas semanas de llegar al fútbol europeo Adriano ya se hizo notar. Y de que manera. Lo hizo, además, en uno de los templos del fútbol mundial: el madrileño estadio Santiago Bernabéu.
Fue durante un amistoso Real Madrid-Inter de Milán donde el brasileño dio el triunfo a su nuevo equipo, presentando de la mejor de las formas sus cartas y deslumbrando con un tanto.
El estadio madridista Santiago Bernabéu, donde muchos teóricos grandes se arrugan, vio entonces la osadía y virtudes de un Adriano que, con un potente disparo tras saque de falta, casi al final del partido, coló el balón en la escuadra de la meta del Real Madrid.
Un tanto que Adriano tiene bien grabado: "Fue mi primer tanto fuera de Brasil y, además, ante uno de los mejores equipos del mundo", ha dicho en varias ocasiones.
Se presentaba al fútbol europeo de la mejor de las maneras y ya empezaban a evidenciar sus cualidades: gran potencia, demoledor disparo, lucha y una movilidad y rapidez extraña para un jugador que mide 1,89 metros y tiene un peso normal cercano a los 90 kilogramos.
El joven brasileño, cuya propiedad fue adquirida definitivamente meses después por el Inter, tras disputar ocho encuentros ligueros con los interistas (1 tanto), fue cedido en enero de 2002 al Fiorentina para hacerse camino, ya que estaba "tapado" en el Inter por su compatriota Ronaldo y por Christian Vieri.
En el Fiorentina pronto evidenció su poderío goleador, anotando en cuatro partidos tres tantos, casi todos en los últimos minutos. Esa campaña, Adriano concluyó con 15 encuentros ligueros y seis goles.
Adriano volvió en el verano a la disciplina del Inter de Milán, pero fue cedido en copropiedad al Parma, dentro de la operación que llevó al centrocampista argentino Matías Almeyda al Inter y tras la llegada a las filas interistas del argentino Hernán Crespo, que venía a tapar la salida de Ronaldo al Real Madrid.
Desde entonces, en el Parma fue titular indiscutible, el auténtico baluarte ofensivo de su equipo, terminando esa temporada con 15 tantos en los 28 encuentros ligueros disputados.
Su buen hacer ya dio que pensar a más de uno el por qué el Inter, que había acudido un año antes al veterano Gabriel Omar Batistuta (Roma) para cubrir la lesión que sufrió entonces Hernán Crespo, y ahora lo vendía en co-propiedad, prescindía de uno de los delanteros con mayor futuro del mundo.
Las virtudes de Adriano no sólo se confirmaron sino que, incluso, siguieron ensalzándose en la presente campaña 2003-04, con sus continuos goles. Salía prácticamente a gol por partido en liga, llegando a estar situado varias jornadas como líder de la clasificación de los máximos realizadores.
Todo ello, con el Inter habiendo acudido al "mercado" en el verano para fichar al argentino Julio Cruz (Bolonia) tras la venta al Chelsea de Hernán Crespo.
Mientras Adriano seguía triunfando en el Parma, el Inter marchaba tan dubitativo que llegó a mitad de la primera vuelta la destitución del técnico Héctor Cúper y la llegada de Alberto Zaccheroni.
El Inter ya empezó a pensar en recuperar a Adriano para la próxima campaña. Pero las cosas se aceleraron en las dos últimas semanas (justo con Adriano lesionado, lo que notó el Parma), cuando el equipo interista inició una nueva cuesta abajo, de resultados y de goles.
Además, llegó el denominado "caso Vieri", con los continuos rumores sobre un posible divorcio del jugador con el Inter.
Todo ello dio una mayor urgencia al Inter que ya quiso a Adriano de forma inmediata. La gran crisis financiera de Parmalat, empresa propietaria del Parma, benefició las cosas. Como también la cifra pagada por el Inter por el 50 por ciento de los derechos sobre el brasileño en poder del club emiliano: 23 millones de euros.
Hoy la operación se ha cerrado y habría que preguntarse el tiempo y el dinero perdido por el Inter de Milán en ese extraño ida y venida de Adriano.
Pero lo que cuenta es que Adriano ya es nuevo jugador del Inter de Milán. Vuelve a casa, y lo hace como "salvador" de un equipo sin identidad sobre el campo y con una crisis social que ha visto perder la paciencia a Massimo Moratti, su accionista de referencia y que el lunes presentó su dimisión como presidente.
El domingo ya podrá lucir de nuevo los colores interistas (el equipo juega en Módena) y, entonces, se volverá a evaluar si Adriano, también bautizado el "nuevo Ronaldo", es pese a su juventud el pilar sobre el que refundir el nuevo Inter.