
La tripulación del Entel PCS se cuadró y luchamos hasta conseguir el quinto puesto.
CASTRO.- Con la jornada de hoy me titulé como navegante. A los 10 minutos ya tenía el mar en los zapatos, a la media hora estaba empapada hasta la polera y con la vela mayor rota desde el principio veía la meta demasiado lejos. Tenía mis dudas si mi entusiasmo de ayer iba a sobrevivir la lluvia torrencial que se dejó caer sobre la "Regata 35 sur Chiloé 2004".
La adrenalina también fue tripulante del "Entel PCS". En la largada se nos vino un J-24 encima, tan encima que su mástil se quedó enganchado en nuestra vela mayor y simplemente la rajó. Un sonido igual que cuando se raja un papel -amplificado, eso sí- y la reacción de cuando te chocan un auto. Sólo miras incrédulo, esperando que en el fondo no te esté pasando a ti.
Ahí estaba yo, mirando de la vela rota al J-24, que seguía enganchado con nosotros, y sin la menor idea de qué es lo que iba a pasar, sin saber qué íbamos a hacer con el resto de la tripulación para cubrir las 28 millas náuticas entre Achao y Castro.
Nos preocupaba el temita de la vela, que nos dejó muy atrás y sin el principal elemento para avanzar. Ni siquiera me preocupaba de mis zapatillas, que exhalaban cada vez que pisaba.
Mientras improvisábamos con las velas menores (genoas) que teníamos a bordo y cambiábamos el
spinnaker, la lluvia no paraba. La cubierta estaba más resbaladiza, subir y bajar las velas era cada vez abrazar una sábana destilando y al rato tenía las manos como recién saliendo de la ducha.
Sin embargo, todo esto no me importó mucho ya que era una más y mientras sopla el viento continuamente hay algo que hacer... para mí también alcanzaba. Bajaba el
spinnaker por la proa... O tiraba de uno de los miles de cabos para subir y bajar el tangón (palo que sujeta el
spinnaker)... O ayudaba a doblar una vela, tarea bastante aparatosa. O simplemente gateaba de un lado a otro para hacer contrapeso, cosa que al segundo día ya es un poco más doloroso porque se sienten los moretones del día anterior.
Mientras uno navega con viento, todo bien. Hay algo en ese deslizarse del yate por el agua, el viento que te sopla en la cara y esa liberadora sensación de colgarse por la borda para hacer contrapeso. Por lo menos esa fue mi sensación de ayer. Hoy era así a ratos, pero el frío me estaba calando los huesos con esto de estar mojada. A veces no podía ni mirar porque llovía fuerte y los dedos se me estaban congelando. En ese momento me preguntaba ¿qué tenía este deporte que congregaba 66 embarcaciones, multiplicado por sus tripulantes?
Diez personas sobre un yate, todos con tareas diferentes pero interrelacionadas y con una misma meta forman un grupo muy especial. Los gritos vuelan. A mí no me llegaron y no sé si fue porque estaba casi de visita o porque soy mujer.
En fin. Este deporte dominado normalmente por la testosterona es un poco torpe con las féminas. Especialmente porque requiere un cierto grado de todo terreno por parte de una tripulante. Pero no se terminan las frases de un tono más subido cuando acto seguido llega un perdón.
Y la talla. Un yate sin bromas es como si le faltara la quilla. Yo pensaba que después de que se nos rajara irreparablemente una vela que cuesta 9 mil dólares, el día había terminado. Sin embargo, las risas no pararon hasta la meta. Acá se dice lo que se piensa, se agarra para el
hueveo, se manda a la
cresta, se pide perdón y nuevamente una talla. Risas. Esa es la tónica que equilibra el humor a bordo y relaja y distrae las tensiones del navegante.
Es por eso que muchos empresarios vienen a descansar a la Regata de Chiloé y la explicación de cómo convive esta ensalada de personalidades que se hacen llamar tripulación. A mí por lo menos ser parte de la del "Entel PCS" fue uno de los mayores atractivos de la competencia. Trabajar y ser parte del equipo, lograr una meta en común y abrazarse al llegar por el sólo hecho de que sin vela mayor cruzamos quintos la meta, es lo que hace olvidar el frío y los músculos adoloridos.
Y la competitividad es otro tema. No es llegar y navegar. Esa combinación de viento, agua, capacidad física de la embarcación y decisión táctica es lo deportivo y atractivo de la vela. Yo sentiré una cierta nostalgia cuando mi tripulación navegue este jueves la quinta regata sin mí.
Vea imágenes de la jornada
Resultados de hoy:
IMS A
1° Rayo 4 -- 4h 31:10
2° Hasta Siempre 2 -- a 9’ 43”
3° Banchile -- a 11’ 43”
IMS B Azul
1° 35 Sur -- 5h 00:17
2° Capitán Calvo -- a 2’ 48”
3° Rasputin -- a 7’00”
Resultados generales:
IMS A
1° Hasta Siempre 2 -- 12 puntos
2° Rayo 4 -- 13 puntos
3° Audi -- 15 puntos
IMS B
1° Capitán Calvo -- 9 puntos
2° Jazz Trio -- 10 puntos
3° 35 Sur -- 15 puntos