MECHUQUE.- ¡Gol para la Armada de Chile! Dos a cero pierde la prensa. Esto se ve mal. Y lo más probable es que como en los partidos de años anteriores, en el día de descanso de la 'Regata 35 Sur 2004', ganarán los marineros.
Mientras van llegando lentamente a la isla Mechuque los yates desde Castro, a unas cincuenta millas de navegación, los periodistas disputan el tradicional clásico futbolero contra los marineros del Morel (nombre del buque donde estamos alojando).
La cancha tiene su grado de dificultad: lo más plano que hay en esta isla es el sector donde se emplazan las casas de los lugareños, pero lo que es el rectángulo deportivo oficial, la verdad es que está lleno de desniveles y cerritos varios. Por si fuera poco, una poza de agua inunda la mitad.
Unas diez ovejas, tres vacas, y algunos periodistas y marineros que no estaban de turno las oficiaron de público. Yo y las otras tres reporteras nos "disfrazamos" de unas poco preparadas cheerleaders. Eso porque, entre los despachos a Santiago (saltando con celular en mano rezando por que no se cortara la señal), y por el cansancio de la fiesta que tuvimos anoche con todos quienes participan de la regata, teníamos las emociones a media asta. El único que grita eufórico alentando a las "piernas" de la prensa, es el periodista de El Mercurio que las hace de director técnico.
Si hoy fue el fútbol, hay que decir que la víspera "la llevó" la discoteque "Universo", en las afueras de Castro. Como hoy era día de descanso, anoche tocó liberar en la pista de baile las tensiones acumuladas izando velas y cazando cabos. No se vio cansancio. Capitanes y tripulantes saltaban y bailaban desenfrenadamente durante toda la noche. Éramos unas 300 personas, entre periodistas, gráficos, marineros y competidores en igualdad de condiciones.
Quienes más bailaron fueron los tripulantes de los yates que están liderando la regata de Chiloé. Los capitanes y sus tácticos, que pasaron de navegar según el viento a bailar al ritmo del tecno, mostraron el mismo entusiasmo que tienen por la navegación para festejar. Todo el empaquetamiento que uno espera de la mayoría de estos empresarios náuticos, se desvaneció en esta fiesta con aires adolescentes.
La cosa mejoró. Vamos a dos y llegó el Mega a filmar el partido. Esto está de lo más profesional. La bahía frente a Mechuque ya se llenó de buques de la armada, yates y botes de apoyo fondeados en las pasivas aguas. Varios izaron sus coloridos spinnakaerf para secarlos del diluvio de ayer. A bordo, reina la vida social.
Pero en la cancha las pasiones queman. Del dos a dos pasamos al cinco a cinco, un empate que, sin embargo, no deja a nadie contento. Así que vamos al alargue. Fuera de la cancha, los barristas tomaron partido y nosotras, las cheerleaders, sacamos más fuerzas para alentar a nuestros jugadores, que estaban a punto de lograr lo imposible. Hasta que vino el gol final: la prensa ganó por primera vez el tradicional partido de fútbol ante la Armada.
Hoy nosotros cantamos victoria, pero mañana volvemos al otro lado del deporte, cubriendo las próximas tres etapas que viene por delante: Mechuque-Calbuco, Calbuco-Puerto Montt y un barlovento-sotavento en el seno de Reloncaví. Está por verse quiénes de los entusiastas bailarines de anoche, serán también los mejores de la vela.