Capria mostró su exquisita técnica sólo durante el primer tiempo, el segundo desapareció de la cancha.
SANTIAGO.- El espectáculo pintaba para bueno, cerca de las 20 horas y con un público cercano a las 7.000 personas se inició la presentación oficial del plantel que pretende ser campeón del Apertura 2004.
Uno a uno por los parlantes del estadio San Carlos de Apoquindo se nombraban las luminarias cruzadas encabezadas por su capitán Nelson Parraguez. Como era de esperarse, los más aplaudidos fueron los astros de la selección chilena Sub 23, Mark González y Jean Beausejour. Este último no ocultaba su cara de felicidad.
Por contrapartida se veía un serio Esteban Valencia, que debió escuchar la silbatina de la hinchada de la franja, que aún no le perdona su pasado azul ni las críticas que deslizó hacia la directiva a fines del año pasado.
Por último se presentó a los encargados de cambiarle la cara al equipo universitario, al ritmo de una contagiosa música, corrieron al centro de la cancha Joel Estay, el repatriado Alejandro Osorio, el defensa Germán Tagle, el uruguayo Sebastián Taborda, y al final los argentinos Darío Husaín y Rubén Capria, quienes fueron ovacionados.
También fue la oportunidad para entregarle un galvano a los emigrados a Quilmes, Arturo Norambuena y Jorge Campos, este último con una cara a la que ni el sindicato de payasos le arrancaba una sonrisa (el paraguayo no estaba en los planes de la UC para el 2004).
El partido
Estaba todo listo, todo dispuesto, para un partido que comenzó mal para la Universidad Católica, pues un gol tempranero de Quilmes anotado por Ariel López a los 3’ puso cuesta arriba el andar cruzado.
Durante todo el primer tiempo la UC manejó el ritmo en el medioterreno, con un Capria tejiendo con habilidad y buen toque el ataque, asistido oportunamente por Valencia y Osorio. En tanto, Husaín trataba infructuosamente de penetrar la defensa argentina, acompañado por Rubio quien no supo aprovechar tres ocasiones de gol.
Alejandro Osorio deslumbró durante la segunda etapa, pero no fue suficiente para revertir el 1-0.
La defensa no fue exigida en demasía y funcionó bien, aunque claramente hace falta un central con experiencia, y no un improvisado Tagle.
La segunda etapa estuvo demás, Capria desapareció de la cancha, y apareció el buen juego de Osorio que se echó el equipo al hombro. Lamentablemente, el despliegue físico mostrado en los primeros 45’ hizo desaparecer las oportunidades de gol e hizo florecer espontáneamente el habitual toque cruzado sin profundidad. Ni los desbordes de Beausejour ni el ingreso del gigantón Taborda hizo cambiar el destino. El partido terminó 1-0.
Las excusas eran las esperables. Para el DT de Universidad Católica, Óscar Garré, la derrota no es preocupante "lo importante es que creamos las opciones, y ahora tenemos que trabajar en la definición".
"No me sentí de lo mejor en lo físico, pero con el correr de los días será mejor, espero hacer muchos goles y poner mucho sacrificio", dijo el uruguayo Taborda, quien recién ayer conoció en la cancha al resto del equipo.
Capria contribuyó con "uno siempre quiere ganar, pero el rival era muy duro", quien además no ocultó su cansancio al término del partido.
Por su parte, el presidente de la institución, Jorge O’Ryan, intentó tranquilizar a la hinchada diciendo que "el resultado es lo de menos, jugamos con un equipo de muy buen nivel, somos un equipo en formación, y seremos protagonistas del campeonato nacional".
El próximo duelo de la UC será por los puntos, cuando el próximo sábado a las 20:00 enfrente en San Carlos de Apoquindo a Audax Italiano por la primera fecha del torneo de Apertura 2004.
