LISBOA.- El gobierno de Portugal declaró hoy la guerra a los "hooligans" locales, después que uno de los estadios que será escenario de la Eurocopa 2004 fuera cerrado por un mes por la federación de fútbol de ese país, debido a los disturbios ocurridos el fin de semana.
"No vamos a permitir que las inversiones y los esfuerzos de tantos portugueses sean enlodados"’, dijo claramente enojado el secretario de Estado para el Deporte, Herminio Loureiro.
"Como anfitriones de la Eurocopa, Portugal tiene una inmensa responsabilidad. Tenemos que cosechar este reconocimiento", agregó.
Los comentarios de Loureiro llegan como consecuencia de los incidentes provocados por hinchas en el estadio "Alfonso Henriques", en la ciudad norteña de Guimaráes, en el partido que disputaron el domingo en la noche el Boavista y el Vitoria (1-1).
La policía antidisturbios debió intervenir para dispersar a los simpatizantes que comenzaron a arrojar butacas al campo de juego tras la expulsión en tiempo de descuento del portero local Jerome Palatsi.
El presidente de la federación portuguesa de fútbol, Gilberto Madail, dijo estar "preocupado y al mismo tiempo avergonzado" por los problemas ocurridos en Guimaraes.
El lunes, el gobierno en Lisboa mantuvo una reunión de crisis con las principales autoridades del fútbol de su país para discutir el tema, y ahora pretende presentar un proyecto de ley que mantenga alejados de los estadios a los "hooligans" (hinchas violentos) durante la Eurocopa 2004.
Por su parte, el comité disciplinario de la federación decidió hoy cerrar el estadio "Alfonso Henriques" por un mes, al tiempo que criticó la seguridad del recinto.
"Considerando la falta de acción y la pobre coordinación de la policía, es pura suerte que incluso no se hubieran producido mayores problemas", dijo el órgano a través de un comunicado, que además califica a los hinchas involucrados en los incidentes como "primitivos".